"Su mirada azulada"

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Tres semanas.

Ya habían pasado tres semanas y aún no podía sacarse de la cabeza esa sonrisa. Con solo volver a recordarla era suficiente para que su estómago se encogiera y su emoción se fuera por los cielos. Inojin se había dado cuenta con solo verla una vez y ya hasta había descubierto quién era el chico misterioso que volvía un enredo a su amiga, no fue difícil dado que Sarada no hacía otra cosa más que buscarlo con la mirada por todos los pasillos.

Inojin se había ofrecido a hacer de cupido, le había explicado que podía ir a hablar con él y hacerse su amigo, que incluso lo había visto con amigos de él, pero ella se había negado apenas mencionó la idea. Se sentía bien con su plan de estar a la distancia observando y gritando mentalmente por cada vez que miraba sus comisuras alzarse.

–Así jamás lograrás nada, Sarada –la reprendió Inojin cuando se dio cuenta que soltaba un suspiro.

Estaban en la cafetería y el rubio acababa de pasar frente a ella a unos metros de distancia, sin percatarse de la azabache que lo miraba sin ninguna pisca de discreción.

–No se trata de lograr algo, Inojin –carraspeó–. Simplemente me parece muy guapo, es todo.

–No entiendo a qué le temes tanto, no es como que tenga un club de fans aún y tú estás loca por él, ve y dile que su sonrisa te revoluciona el corazón.

–¡¿Estás loco?! Pensará que soy una acosadora y, además, no estoy loca por él.

–Te estás volviendo una acosadora en potencia y te atreves a negarlo, te he perdido –dramatizó Inojin mientras se cubría el rostro con una mano.

Sarada soltó una carcajada.

–Es que simplemente no sé, Inojin. Ni siquiera sé expresar lo que siento.

–Bien, vamos a tomarlo desde otra perspectiva y lo sabremos de una vez por todas.

–¿Otra perspectiva?

–Así es.

Inojin se colocó algo serio y la miró por algunos segundos, analizándola y perforándola con su mirada azul.

–Que tan intenso.

­–¿Eh?

–Sí, que tan intenso es.

–Creo que sigo sin comprenderte –sonrió.

–Me refiero a que tan intenso es el latido de tu corazón cuando lo miras, que tan intenso es el nudo que se forma en tu estomago cuando encuentras algo nuevo en él, que tan intenso es el nivel de felicidad que te produce su sonrisa... así que dime ¿qué tan intenso es lo que sientes, Sarada?

Su mente divagó en todos los momentos que lo vio, se dio cuenta que le gustaba mirarlo, incluso se grabó algunas manías que él tenía, como el morder sus plumas o lápices cuando estudiaba. También recordó su piel erizarse cada vez que lo miraba sonreír y el sentimiento de su corazón doliendo cuando recordaba que la sonrisa no era para ella.

Se dio cuenta que le importaba, que quería algo más que solo observar a la distancia, pero no quería aceptarlo o al menos no en voz alta.

–No tengo un número con que definirlo –respondió luego de unos segundos.

–Bueno, en algún momento podrás medirlo.

–Ya creo que eres mejor cupido que ChouChou.

–Yo soy mejor que ella en todo.

–Eres pésimo con las chicas y ella es muy buena con los chicos –se burló.

–¡Esa gorda siempre lo tiene que recalcar! –golpeó levemente la mesa con su puño–. Pero te diré algo –la señaló–, un día conoceré a una chica que me haga pisar sin tocar el suelo y ella se tragará sus palabras.

Que tan intenso [Borusara]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora