"Pequeños detalles"

3.4K 254 148
                                    


–¿Quién era el chico que te trajo el otro día?

La pregunta dejó helada a Sarada, tanto que detuvo su mano ante de tomar el vaso. Respiró hondo para calmarse, sabía que si se ponía nerviosa su padre no pararía de hacer preguntas.

–Es un compañero de la universidad –contestó al fin y luego tomó el vaso para disimular su sorpresa momentánea.

–Llegaste muy tarde a casa ¿estaban haciendo algún trabajo?

–No, Boruto es dos años mayor así que no va en la misma clase que yo.

–Entonces ¿qué hacías con él tan tarde? –Sarada pudo sentir la mirada de su padre clavada en ella, era tan fuerte que se sintió expuesta–. Sé que no es la primera vez que ves a ese chico.

–Sasuke deja a Sarada –lo reprimió Sakura–. Ya es lo suficientemente grande para saber quiénes pueden ser sus amigos.

–Sí, estoy de acuerdo con eso, pero pienso que ese chico no quiere solo una amistad.

–Solo nos conocemos de hace un par de meses.

–Pues cuando yo era joven tu madre solo sabía mi nombre y juraba estar completamente enamorada de mí.

–¡Sasuke ya basta! –Sakura golpeó la mesa, su cara estaba roja de la vergüenza–. Que eso haya pasado conmigo no significa que será igual con Sarada.

–Deberías invitarlo a cenar un día, me gustaría conocerlo –dijo Sasuke sin inmutarse por el tono de voz de su esposa.

–¿Seguro, padre? –él asintió–. Solo si promete que no lo acosará, así como está haciendo conmigo.

–Es claro que no lo acosaré de esa forma, tengo que hacerlo de otra manera.

–¡Papá!

–Bien, cuando lo conozca seré serio como habitualmente lo soy –miró a su hija y enarcó una ceja– ¿de acuerdo?

Sarada asintió.

Continuaron con la cena, Sakura pudo hacer que la conversación se desviara a otro tema que no fuera su hija y el chico que la había dejado en su puerta un par de días antes. Sabía que Sarada no estaba preparada para hablar de eso con su padre y también que su esposo no estaba listo aún para admitir que su hija podía estar teniendo un pretendiente que ella realmente tomara en serio, ya estaba acostumbrado a que su hija los dejaba pasar.

Cuando la cena terminó Sarada fue a su habitación para tomar una ducha en su baño, el agua caía sobre su cuerpo y empezó a recordar las palabras de su padre. Le daba pavor el solo pensar en que él se enterara de sus sentimientos ¿cómo iba a hablarle sobre lo acelerado que se ponía su corazón con solo una mirada? No, sería lo más vergonzoso del mundo, en especial porque a ella y mucho menos a su padre se les daba hablar sobre sus sentimientos, siempre eran fríos, serios, calculadores y esperaban a que los demás se dieran cuenta por sí mismos. Cerró la manija y el agua dejó de caer, tomó la toalla para secarse y envolver su cuerpo, salió de la ducha para tomar su ropa y cambiarse, luego cepillo sus dientes para después salir del baño con una toalla envolviendo su cabello. Sintió su cuerpo relajado y fresco.

Se acercó al tocador, retiró la toalla de su cabeza y tomó un cepillo para comenzar a desenredar su cabello. Pasar las cerdas por su cráneo la relajaban, continúo haciendo eso hasta que escuchó que tocaban su puerta.

–Adelante –dijo en respuesta, la puerta se abrió y Sasuke entró a la habitación.

Sarada se sorprendió al ver ahí a su padre, generalmente no iba en las noches a verla al menos que le quisiera recordar algo que harían al día siguiente, pero ella sabía que no había nada planeado para la mañana.

Que tan intenso [Borusara]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora