–En mi opinión creo que debiste besarlo.
El quejido de Inojin se escuchó después de recibir un manotazo en la nuca por parte de ChouChou.
–Tus opiniones son pura basura ¿qué te pasa? No se da un beso cuando ni siquiera han tenido una cita, se pueden mal interpretar las intenciones.
–¿Mal interpretar?
–¡Pues sí, tonto! –dijo alzando la voz–. Él puede llegar a pensar que Sarada solo quiere tener ese tipo de cosas con él, ya sabes, besos sin compromisos y ese tipo de cosas.
–Lo menos que quiero que piense es que no quiero algo serio –dijo Sarada con el ceño fruncido–. Jamás dejaría que jugara así conmigo.
–No creo que Boruto sea capaz...
–Uno nunca sabe –lo interrumpió ChouChou–. Lo mejor es ir lento pero seguro.
–Lento pero seguro –repitió la pelinegra–. ¿Cómo?
–Bueno, invítalo a comer o algo así, toma la iniciativa, si él no te lo pide primero acostúmbralo a que esté contigo.
–Dile que ya he empezado el dibujo que me ha pedido, con algo tienes que empezar la conversación –sonrió Inojin.
–Después dile que salgan a comer, ya sea que digas que tienes hambre o algo parecido.
–Bien, al terminar las clases...
–No –la interrumpió ChouChou–. ¿Qué estás esperando? Ve y búscalo ahora
En respuesta a la morena Sarada se puso de pie y tomó sus cosas para ir en busca del rubio, aún le quedaba buena parte de su hora libre y podría hablar con él lo suficiente. Dejó atrás pasillo tras pasillo y aún no miraba ninguna cabellera rubia o aquella silueta que ya conocía a la perfección, buscó en algunos salones, en el patio principal, incluso esperó fuera del baño de hombres por algunos minutos, pero no lo encontraba por ningún parte, su última opción fue ir a la cafetería. Cruzó la puerta y el olor a comida le llegó de repente, también escuchó todas las voces y risas que se mezclaban provocando un ruido fuerte, paseó su vista por todo el lugar hasta que lo encontró en una mesa dándole la espalda. La sonrisa se dibujó en el rostro de Sarada y con paso seguro caminó hasta la mesa en la que estaba, no había rastro de Shikadai ni de ninguno de sus amigos, estaba solo... o eso pensó hasta que escuchó su risa mezclarse con otra mucho más dulce y tierna. Sarada se detuvo cuando estuvo a unos metros y abrió los ojos con sorpresa. Había una chica sentada frente a él. Era muy bonita, de sonrisa encantadora y voz angelical, su cabello era largo y morado al igual que sus ojos.
Y como si fuera poco Boruto parecía estar disfrutando de su compañía.
Sarada sintió una opresión en su pecho y lo único que pudo hacer fue dar media vuelta y salir de ahí a paso rápido. Un sentimiento de enojo la invadió y sintió unas ganas inmensas de ir y gritarle a aquella chica que se alejara de Boruto. Pero en lugar de hacer eso Sarada solamente entró en baño de chicas y sin importarle si alguien se quejaba cerró la puerta con seguro. Soltó un grito de frustración, golpeó el lavamanos y pisó fuerte el piso con su zapato, quería arrojar cosas y hacer berrinches como niña pequeña, pero sabía que no era lo mejor, sintió el estómago apretarse y un inmenso nudo en la garganta, se miró al espejo y pudo ver los ojos negros que le regresaban una mirada furiosa, pero al instante la mirada se ablando y el ceño fruncido se suavizó, las comisuras de sus labios dejaron de estar tensas para curvearse hacia abajo en un gesto de tristeza. El apretón dejó de sentirlo en el estómago para ahora sentirlo en el corazón, los ojos se empezaron a cristalizar.
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Que tan intenso [Borusara]
Fiksi Penggemar-Que tan intenso. -¿Eh? -Sí, que tan intenso es. -Creo que sigo sin comprenderte -sonrió. -Me refiero a que tan intenso es el latido de tu corazón cuando lo miras, que tan intenso es el nudo que se forma en tu estomago cuando encuentras algo nuevo e...