"Obtención de información (espionaje)"

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Sus ojos miraban rápidamente de un lado a otro, observaba todos los rostros, cabelleras y complexiones que su cerebro le permitía almacenar y una vez que los analizaba los descartaba si no eran lo que buscaba. Llevaba ya cinco minutos esperando en la entrada, con su mirada bailando de un lado a otro intentando encontrar a la persona que quería ver en ese momento, a la única que quería ver en ese momento. Pero no la encontró, llegó la hora de irse a su primera clase, suspiró rindiéndose ante lo inevitable.

–Tranquilo Romeo, tu Julieta no irá a ninguna parte –el rubio frunció el ceño y golpeó el hombro de Shikadai.

–Tengo mucho tiempo sin verla es normal que en estos momentos la extrañe.

–Es tu culpa por ser tan lento –dijo Mitsuki alzando sus hombros.

–¿Por qué deben recordármelo siempre?

–Porque somos tus amigos y para eso estamos –Shikadai palmea la espalda de Boruto.

Soltó un suspiro y se puso de pie, sabía que no podía posponer más el momento de irse a su primer clase. Sus dos amigos le siguieron el paso y comenzaron a hablar de sus vacaciones, Shikadai había viajado a Sunagakure con sus padres para ver a sus tíos y les contó que Yodo y él ya habían empezado una relación, Mitsuki igual habló de sus vacaciones, cuando por fin estuvieron en el salón de clases ambos voltearon a ver al rubio esperando que les contara algo, Boruto rió y comenzó a hablarles del último día que vio a Sarada y la gran interrupción tanto de su hermana como de la llamada de la madre de la pelinegra.

–Parece que Himawari siempre hace acto de presencia en el mejor momento –dijo Shikadai soltando una carcajada.

Luego de que Boruto mandara a callar a Shikadai su profesor ingresó al aula y unos minutos más tarde la clase comenzó e incluso siendo el primer día el profesor no se apiadó de ellos y lo mismo fue con los demás. A la hora del almuerzo los tres compartían sus quejas y maldiciones hacia los profesores por no darles ni siquiera el tiempo para adaptarse a la escuela.

–Me quiero ir a casa desde el momento en que pisé la universidad –bostezó Shikadai.

–Estamos en el tercer año, espera a que tengamos que hacer el internado –dijo Mitsuki.

–¡Ni me lo recuerdes! Adiós a la poca vida social que tenemos.

–¿Crees que Boruto se le declare a Sarada antes de que pierda su poca vida social? –Mitsuki rió ante las palabras de Shikadai.

–No tengo idea.

–Parecen mi hermana, siempre metida en mi vida amorosa.

Con un leve enojo plasmado en su rostro Boruto le dio una mordida a su hamburguesa, suspiró y comenzó con la tarea que había dejado pendiente cuando entraron a clases: seguir buscando a Sarada. Observó toda la cafetería y en cada mesa, incluso buscó a sus dos amigos para ver si estaba con ellos y nada. A pesar de que no había tantas chicas con el cabello negro en la escuela ese día parecía que no podía encontrarla por ninguna parte, no estaba en el comedor y más tarde cuando salieron de ahí tampoco la vio en el jardín, comenzó a desesperarse y sus amigos tuvieron que calmarlo diciendo que un día que faltara a clases después de vacaciones era completamente normal y entendible, Boruto les dio la razón y soltó un suspiro lleno de resignación, debería esperar otro día más para verla, no estaba completamente seguro de si podría aguantar, pero tendría que hacer el intento.

Continuaron con sus clases normales hasta que llegó la hora de irse, caminaban por el pasillo hacia la salida cuando Shikadai habló.

–¿Vamos a mi casa? Podríamos pedir algo de comer, que sea una tarde de chicos.

Que tan intenso [Borusara]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora