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Taehyung caminó por los pasillos de la escuela escuchando unas cuantas burlas. Todos los días era lo mismo, parecía que las personas les importaba más la vida de un homosexual que la suya propia. Les importaba más joderlo que preocuparse por sí mismos. Taehyung sabía, que todos ellos, no eran más que una bola de idiotas sin futuro.

Kim se había declarado abiertamente gay, hace poco más de tres meses atrás, después de que, el hijo de puta del capitán del equipo de Baloncesto, compañero y su ex amigo, estuviera molestando al chico que le gustaba.

En ese tiempo, no había pensado claramente en las consecuencias que la confesión causaría, al entrenador de Baloncesto no le importo que tan bueno era Taehyung en el deporte, lo había echado del equipo apenas se había enterado.

A sus compañeros tampoco les importó, nadie quería compartir espacio ni aire con un "jodido gay", como él. Y el capitán fue el más decepcionado, Taehyung aún recuerda la mirada asqueada que le dio, como si Taehyung fuera basura.

Pero eso no fue lo peor, las burlas llegaron también, los empujones y golpes, las bromas de mal gusto.

Marica, mariposa, culo dulce, nena, niña, rarito. Los apodos eran lanzados al azar una y otra vez como grabadora descompuesta. Lo único bueno, de confesarse, era que, empezó a salir con el chico que le gustaba.

MinJae era un chico bonito, tenía los ojos oscuros risueños, una sonrisa bonita, una nariz preciosa, labios que sabían deliciosos. Pero para Taehyung, a su parecer, era demasiado débil para soportarlo todo.

El chico lloraba mucho, así que Taehyung había desviado toda la atención a él, para evitar que Minjae pasará por más problemas, para evitar que su chico fuera lastimado.

Kim Taehyung sabía lo que era amar. Por otro lado, Jung Hoseok no sabía ni lo que él quería.

—Esa perra sucia trató de amarrarme —Hoseok golpeó la puerta de su casillero al cerrarla. Estaba molesto y todos a su alrededor podían notarlo, parecía que traía un aura oscura a su alrededor.

—Te dije que no te metieras con esa Zorra —Namjoon le hizo compañía caminando a su lado—, ¿Qué no usaste condón?

Su mejor amigo había preguntado lleno de indignación, esperando nunca tener que pasar por lo que acababa de pasar el capitán del equipo de baloncesto.

—Lo hice, pero al parecer no funcionó; de todos modos, ya está arreglado y no quiero preocuparme por eso nunca más, tuve que gastar cuatro millones de wons para poder pagarle el aborto.

—¡Uf!, eso fue demasiado —dijo, peino con sus manos su cabello rubio, echándolo hacia atrás—. Las mujeres sólo son zorras reproductoras, hay que tener cuidado con ellas.

—¡Ah! —exclamó el joven Jung—. Sucia, sucia, sucia, Kim Yerim, es una perra barata, voy a dejarla antes de que me meta en problemas.

Caminó por los pasillos, casi vacíos de la escuela rumbo a su salón, Namjoon le seguía de cerca.

—Haces bien amigo, así podemos divertirnos esta noche.

Hoseok asintió, poniéndose de mejor humor, luego puso una sonrisa ladina y caminó detrás del chico castaño caminando a unos pasos delante de él.

Le dio una nalgada, luego paso su brazo por los hombros de Taehyung.

—Llegas temprano pequeña florecilla —se burló, enseguida le dio un pellizco a Kim en la nariz.

—Se te están acabando los chistes —el menor rodó los ojos, segundos después gimió de dolor, justo en el momento en el que Jung Hoseok tomó su cabello entre su mano derecha y lo jalo con fuerza. Luego lo empujo lejos.

—Tal vez Minjae no piense lo mismo —Hoseok sonrío estúpidamente, sabiendo que era lo único bueno que tenía, una bonita sonrisa.

Porque Hoseok podría ser un hijo de puta, pero tenía sonrisa deslumbrante.

Taehyung miró de forma desafiante al mayor, en un claro, sólo inténtalo y veraz. Kim, tenía unas fuertes ganas de tomar a Hoseok de su cabello y golpearlo contra la pared una y otra vez hasta reventarle la nariz, la boca y la cabeza; pero tenía miedo de lo que podría pasar después de eso, para nadie era mentira que los padres de Hoseok eran CEO's de dudosa reputación.

No importaba lo desafiante que intentaba verse frente al capitán de baloncesto, ex compañero y amigo, el poder era poder, y Jung Hoseok lo tenía, por lo que Kim camino más a prisa, marcando el número de Minjae. De nuevo iba a llegar tarde a la clase.

Suspiró, miró a Minjae, quien se encontraba tirado en el suelo de uno de los cubículos de baño, sus ojos estaban rojos y llorosos, su nariz sangraba, su labio estaba partido y en las mejillas en unas horas se formarían algunos moretones. Todo indicaba que acababan de darle una paliza. Apenas lo vio, Minjae corrió a sus brazos. Aferrándose a Taehyung con fuerza, mientras que Kim no dudaba en dejar pequeños besos en su frente.

—¡¿Por qué me pasa esto a mí?!, ¡Ya no lo soporto! —el menor temblaba en sus brazos—, ¡me quiero morir!

Sí, Taehyung odiaba que Minjae fuera débil, que no pudiera defenderse, que nunca intentaba pelear, que los comentarios hirientes lo lastimaran más que a cualquier otra persona; pero, odiaba aún más, su propia debilidad.

Mi abusador homofóbico | VHOPE-FINALIZADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora