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Hoseok miró el techo, Taehyung se había ido hace algunas horas. Era comprensible, tenía una familia y no podía quedarse con él todo el tiempo; a Hoseok no le gustaba, no le gustaba el sentimiento de soledad que  se apoderaba de él, una vez que Taehyung se iba.

Tampoco podía dormir por las noches, el colchón era suave pero estaba frío y las sabanas apenas le proporcionaban algo de calor; sus pies y manos se sentían heladas. Sólo podía hacer una cosa, esperar, esperar por el regreso del menor, pero Taehyung no fue al día siguiente, ni al siguiente. Ahora sabía porque Taehyung había dejado suficiente comida.

Eso nunca había pasado, entonces finalmente lo había abandonado; dejado encerrado ahí sin poder comunicarse con los demás. Hoseok estaba desesperado, ansioso y con mucha impotencia.

Cuando Taehyung apareció al otro día corrió a abrazarlo de forma desesperada. Lo beso y Taehyung tomo las mejillas de sus nalgas para cargarlo y que sus piernas rodearan sus caderas.

—Me extrañaste pequeño gatito.

Hoseok asintió, besando el cuello de Taehyung y después sus mejillas.

—Pensé que me habías abandonado.

Taehyung río irónicamente. Su sonrisa preocupo a Jung, pero no quiso demostrarlo.

 —Dejarte sería un desperdicio, yo también te extrañe;  todas las noches pensé en ti, en tu sabor, en tus ojos color chocolate; me soñé besando tus labios gruesos y delineando con mi lengua tu deliciosa mandíbula; besando tus pómulos y chupando tus tetillas. Te hice muchas cosas sucias que hoy no serán un sueños, sino una realidad.

Hoseok ya se sentía medio duro anticipando todo, Taehyung lo recostó en la mesa con las piernas abiertas y colocándose entre ellas; embistiendo a Hoseok por encima de la ropa, frotándose y asegurándose de besarlo apasionadamente. Después la ropa simplemente fue estorbosa, cuando ellos tenían la urgencia de tocarse piel con piel y volverse sólo uno.

Taehyung le embistió suavemente, Hoseok amaba lo amable y considerado que era Taehyung, siempre procurando hacerlo sentir bien antes que así mismo. Siempre viendo primero por el placer de Hoseok, que el suyo propio.

Había momentos en los que Hoseok era el que se movía como perra en celo, pavoneando sus caderas de arriba a abajo, de una lado a otro. Ambos cayeron al colchón después del orgasmo en la mesa, ya limpiarían en otro momento.

—He conseguido tu VISA, en unos días tu y yo estaremos recorriendo América.

—Me llevaras a muchos lugares.

—Tanto como sea posible —le dio un pequeño beso en los labios antes de darse la vuelta y quedarse dormido—, estoy agotado —fue lo último que dijo.

Hoseok se quedo ahí por un rato admirando la morena espalda, era tan ancho y suave. Se levantó sólo para ir al baño y regresó, pero la llave electrónica en la mesa llamo su atención. Su cuerpo se puso rígido, como una estatua: su libertad estaba ahí, Taehyung estaba dormido, sólo tenía que tomarla y salir.

Camino despacio tratando de no hacer ruido, tomó la llave y avanzo despacio, sin hacer ruido, hasta la puerta.

El tiempo se había vuelto lento y la puerta lejana. Ni siquiera había un reloj pero él sentía, lo lento que se movían las manecillas en su cabeza. Estaba sudando más de lo normal, abrió rápido. El hermoso sol golpeando su vista, entonces camino descalzo por el pasillo de aquel lugar, iba a bajar las escaleras, pero no pudo.

Su cuerpo no se movía. Se sentó un rato ahí en el primer escalón hasta que tomó valor y siguió caminando. Entró de nuevo al departamento y cerró, dejo la llave donde la había encontrado y se metió al colchón extendiendo las sabanas para que lo cubrieran a él y a Taehyung; luego sólo lo abrazo por la espalda.






Mi abusador homofóbico | VHOPE-FINALIZADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora