Sigue lloviendo. Las gotas de lluvia no paran de caer a la tierra como si alguien hubiese abierto la ducha desde el cielo, huyendo del que ha sido su refugio durante tanto tiempo, desprendiéndose de las nubes y reluciendo temblorosas sobre las hojas de los árboles, condenadas, antes de dejarse ir a la desunión y al olvido.
Gélidas y fugaces, me hacen disfrutar de un espectáculo exquisito mientras escucho el sonido acompasado que emiten al chocar contra la madera del techo, trayendo a mi cuerpo oleadas de armonía que parecieran imposibles de obtener con esta tormenta.El aguacero es lo suficientemente fuerte como para que nos veamos obligados a permanecer dentro la cabaña sin posibilidad de asistir al hospital o a ningún otro lado, no pudiendo hacer nada más que apreciar con vehemente fascinación las formas extrañas que se dibujan en el cristal a causa del viento, que arremete contra el agua y la estrella en la ventana, provocando que mis pulmones se llenen con un profundo aire de paz.
Dos días han transcurrido desde la visita del Doctor Lawrence. Dos días en los cuales Paul se ha dedicado a cuidarme fervientemente, hasta el punto de descuidar su bienestar, tanto que no ha dormido nada -aunque no es que la silla sea cómoda-, y también ha pescado un terrible resfriado por no haberme obedecido cuando le pedí secarse.
Lo peor de todo es que sus estornudos se han intensificado considerablemente en las últimas horas de la noche de ayer, provocando que tampoco yo pudiera dormir, y despertando en mí cientos de inquietudes que no he conseguido apaciguar ni acostada durante un par de días.
Decir que me preocupa es poco después de mucho insistirle en que tomara algo para mejorar su resfriado, incluso me ofrecí a prepararle un té, pero no me lo permitió argumentando que no era correcto en mi estado convaleciente realizar cualquier actividad que suponga demasiado esfuerzo.
Así que, contrario a la manera en que él decidió ignorar mi petición, yo le obedecí y no me he levantado más que para ir al baño; sin embargo, mi carácter abnegado, (sumado a la terquedad que corre por mis venas), se rehusó a dejarme en paz al convencerme de que debía hacer algo por él después de todo lo que él está haciendo por mí, por lo que tengo pensado retribuírselo una vez que me sienta mejor.
Afortunadamente, el dolor de cabeza no ha regresado, lo que quiere decir que el remedio casero que Paul preparó está surtiendo efecto, y los músculos de mi cuerpo han comenzado a recuperar de a poco su estabilidad, permitiendo que me mueva con mayor libertad sobre el colchón, que resulta no ser para nada incómodo a pesar de su gastada apariencia.
Por otro lado, así como hay cosas que a simple vista juzgarías de una forma y terminarían siendo totalmente distintas a cómo lo crees, generando una satisfacción, los recursos que tenemos son ampliamente limitados.
No hay electricidad, el agua es probable que rinda hasta la tarde de mañana y la comida se reduce a frutos secos, frijol enlatado y pan duro. Y todo resulta aún peor estando enferma, ¡Santo Dios!, así que no puedo imaginar lo complicado que es para Paul llevar una vida así. Llena de carencias y a la intemperie, sin tener nadie que te cuide ni se preocupe por ti. Ahogándote en soledad siendo tan joven, y sufriendo como si hubieras cometido los peores crímenes del mundo.La verdad es que nunca me había detenido a valorar la vida de la forma en que lo hago en este momento, y no es que no lo haya hecho antes durante todas las veces que he tenido que enfrentar la muerte muy de cerca, sino que esta situación es demasiado diferente tomando en cuenta que estuve a punto de morir a los pies de un acantilado, según lo que me han dicho.
Lo cierto es que vivimos ignorando lo que tenemos y anhelando lo que nos falta durante tanto tiempo que, cuando nos falta lo que tenemos, tanto lo necesitamos que aprendemos a valorarlo. Y es justo eso lo que me ha pasado.
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The Fool On The Hill | McCartney.
FanfictionUn joven solitario que desea ser amado. Una chica inocente que sabe amar. Ambos soñadores de sus propios anhelos. Ambos un par de románticos que se han de encontrar. "El amor es el principio de todo, la razón de todo, el fin de todo." -Lacordaire. T...