—¡¿Quieres decir que si vamos a irnos de vacaciones?! —chillo al otro lado de la línea rebosante de una dulce alegría que no me permito reprimir.—¡Sí, Jo! Stu ya tiene todo listo — suena entusiasmada. —Nos veremos en la esquina de Strawberry Field a las once en punto. Asegúrate de no haber desempacado nada; ¡nos vemos en un rato!
—Nos vemos, Cyn.
Cuelgo el teléfono de casa bajo la atenta mirada de Mimi, que me inspecciona a través de sus gafas haciendo a un lado su libro que hace un recuento de las pérdidas capitales de la última guerra mundial.
—¿Saldrás? —pregunta en el preciso instante en que estoy poniéndome de pie con una sonrisa pequeña que amenaza con volverse enorme a causa de la creciente emoción.
—Amm... Sí. Bueno, de hecho, era Cynthia...
Deja de mirarme, volviendo a retomar su ávida lectura, haciendo que me arme de valor para informarle lo que tanto deseo.
—Si quiere beber el té dile que venga a casa. Hace días que no sé nada de su madre.
—Sobre eso... —Su mirada regresa a mí como un rayo, clavándose en mi seguridad al igual que un montón de cuchillos filosos. —Stu, Stuart consiguió alojamiento en una granja en Escocia por tiempo indefinido y, bueno, debido a que no fuimos a París, nos ha invitado a todos a pasar unos días.
Mis pies se balancean nerviosos sobre el suelo y mis manos juguetean con la falda de mi vestido en espera de recibir luz verde de su parte, pero el silencio que obtengo a cambio me hace recordar la vez en que Ringo intento despedirse de mí con un beso en los labios y Mimi, que me esperaba detrás de la puerta, nos sorprendió a ambos a mitad de la acción y despidió a mi dulce Ritchie de una manera bastante severa... Por eso estoy casi segura que el permiso me será denegado.
Pero, por el amor de Dios, espero que no sea así y que por vez primera me deje respirar aunque sea un poco y gozar de la misma libertad que John.—Stuart Sutcliffe. Escocia. Tiempo indefinido... ¿Todos, quiénes?
Santísima Trinidad, ¡ilumíname!
—John, Cynthia, George... y Richard.
—Richard... —pronuncia su nombre con ligero asombro. —Pensé que él seguía en América.
—¿América?
La confusión se detona en mi rostro, haciéndome fruncir el ceño y torcer una mueca, porque no sé de qué está hablando. Mimi no luce más impresionada que yo, de hecho, no creo que nada consiga perturbar su postura ante la vida por muy increíble que esto sea, pues mi tía posee un carácter tan bien definido que fácilmente podría haber dirigido al ejército inglés en su último triunfo...
—John me dijo que lo estaba y que lo sentían mucho pero no iban a esperarlo para viajar a París.
A pesar de su alma de sargento, hay sólo una cosa en el mundo que logra doblegar el celoso régimen de Mary Elizabeth Smith. Una cosa con piernas larguiruchas, ojitos diminutos tipo miope y una boca tan sucia como el callejón al lado del Cavern Club. Esa cosa que es mi hermano y se llama John.
¿En qué me has metido?
—Sí... Eso pasó —musito, de manera que pueda escucharme, con el corazón martillando en mi pecho porque mentir nunca ha sido una opción en mi vida. —Pero ya está aquí, llegó ayer.
Tía Mimi se toma unos cuantos segundos para evaluar mi expresión, como tratando de buscar allí hasta el más mínimo indicio que le asegure que estoy mintiendo, colocando un separador a su libro para hacerlo a un lado y así ponerle absoluta atención al asunto que la requiere. Todo lo contrario a Julia, ella no me da esperanza alguna con tan sólo un simple ademán que pueda mostrarme que quizá se encuentra abierta a mi petición, nada de eso; ella me mira de la misma forma en que te mira un recaudador de impuestos del gobierno de su majestad. No tienes opción.
Mi madre siempre solía sonreírme antes de que terminara de pedirle algo, lo que hice en una sola ocasión cuando le pedí que me hablara de Alfred, por lo que jamás va a olvidárseme el claro contraste que había entre ella y su hermana.
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The Fool On The Hill | McCartney.
Fiksi PenggemarUn joven solitario que desea ser amado. Una chica inocente que sabe amar. Ambos soñadores de sus propios anhelos. Ambos un par de románticos que se han de encontrar. "El amor es el principio de todo, la razón de todo, el fin de todo." -Lacordaire. T...