Era la primera vez que el joven se encontraba en ese lugar, en aquella calle desolada con altos edificios desgastados de los cuales la vegetación se había apoderado; Brad Davis se encontraba en el centro, observando su alrededor, sintiendo la tenue brisa rozar su piel al tiempo que sentía un ardor. De igual modo estaba asustado o más bien, extrañado. No reconocía aquel sitio y en realidad desconocía la razón por la que estaba ahí.
No estuvo más tranquilo hasta que una figura se asomó al fondo de la calle, bajo la luz de la luna que era la única iluminación de aquella noche. Brad no se atrevió a hablarle y en cambio decidió salir de ahí, pero, más sombras aparecieron alrededor de él, cubriendo cada posible salida y saboreando a su presa: el chico.
El joven Brad se espantó porque los desconocidos caminaban hacia él mientras que el viento se volvía más frío pero ardiente a la vez calando sus huesos. Escuchaba los gruñidos que emitían aquellos seres, quienes disfrutaban del miedo que invadía a Davis en esos momentos.
El pánico se apoderó de él, su respiración ya agitada y los latidos de su corazón que resonaban como tambores delataban su miedo, la desesperación y el pavor llegaron como balde agua fría imposibilitándole pensar en alguna posible escapatoria. Sabía que ese podría ser su fin, pero no podía comprender por qué ahí.
Davis escuchó una respiración entrecortada a su lado y comprobó que un ente estaba junto a él tras sentir un hirviente jadeo sobre su hombro, y fue entonces cuando notó la elevada temperatura corporal del ser.
Tragó saliva. Su corazón se paralizó en ese instante. Tenía la necesidad de gritar despavorido para luego echar a correr, sin embargo, un nudo en la garganta se lo impedía y el crujir de sus dientes también. La parálisis de su cuerpo era total. Estaba a unos segundos de perder la conciencia, de perder quizá, la vida.
El joven se desplomó al suelo seminconsciente, observó por última vez cómo el ente lo miraba fijamente y, sintió una fuerte y dolorosa mordida en el cuello.
En un segundo el panorama cambió; Davis despertó en el mismo sitio, aún en el suelo. Esta vez un par de copos de nieve cayeron sobre él, la noche estaba llegando y el frío lo acompañaba. El joven miró a una persona frente suyo, supuso que era el extraño que lo había mordido, sin embargo, estaba equivocado, era alguien que conocía a la perfección, se trataba de...
*****
De nuevo estaba ahí, en el mismo sitio de siempre. Esa era la quinta vez en la semana que tenía la misma pesadilla, el mismo sueño horrible que lo atormentaba cada noche y le impedía dormir como quisiera; se encontraba de pie en el centro de un extenso terreno abandonado, donde la alta maleza cubría gran parte y era de esperarse que sea de noche, además, el aire frío que rozaba su piel y la abundante calígine daban un aspecto aún más tenebroso al sitio.
Observaba a su alrededor, o al menos eso aparentaba, Brad Davis estaba asustado, con la respiración entrecortada y las rodillas temblando como gelatinas porque sabía lo que se encontraba en esos edificios del frente, aquellos extraños que lo miraban deseándolo, sedientos de tenerlo cerca. El joven no lograba entender por qué esas cosas lo observaban con detenimiento.
La atención del chico fue atraída por un leve grito de auxilio entre el bosque tenebroso y oscuro. Sin embargo, era incapaz de correr hacia ahí, primeramente, por el miedo que lo invadía y, segundo porque simplemente no podía moverse. Intentaba al menos mover un dedo, pero le era imposible. El joven se aterraba por saber que ese sería su fin, que aquellas sombras que lo observaban desde los ventanales de los edificios pudieran atraparlo fácilmente. Pero, las fuerzas y agallas salieron de su interior y logró, con mucha fuerza lanzar un grito de auxilio; aunque sabía que eso era una llamada de muerte. Y así fue. Aquellas cosas saltaron desde sus escondites para ir a por él. Lo querían. Lo deseaban. Lo necesitaban. Lo tendrían.
ESTÁS LEYENDO
Radioactivos I: Génesis.
Mystery / ThrillerUna proteína permitirá a los seres humanos vivir en la radioactiva Pripyat, la ciudad fantasma del norte de Ucrania que se mantuvo deshabitada por años debido al accidente de la planta nuclear de Chernóbil, la cual regresará a lo que fue en 1986: un...