Capítulo 23. "El principio del final"

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—¿Realmente piensas irte con ese idiota de vacaciones a Hawaii?

Lala estaba indignada. Era como si no me reconociera.

—Es Hawaii —respondí con simpleza.

—¿Y qué? Eso no justifica que vayas de vacaciones con el mismo imbécil que te engañó y se burló de ti en tus propias narices. Ni siquiera intentó ocultarlo. Se lo mostró al mundo.

Esas palabras hicieron efecto en mí. Se sintieron como una daga al corazón. Pero disimulé muy bien mi dolor.

—Él ha cambiado. Por mí.

Lo dije con tal seguridad que hasta yo me lo creí. En el fondo quería creérmelo. Quería que todo volviera a ser como antes.

Dejando a un lado ese tema, yo aún no podía creer que el tiempo pasara volando. No creí que fuera a aguantar tanto tiempo. Hoy era el cuarto mes desde que nos reconciliamos.

En realidad, no sentí que el tiempo pasara volando. Para mí fue una maldita eternidad.

—Te engañas a ti misma.

«Cuanta razón tienes, Lala», dijo interiormente.

No la miré más. Seguí doblando y metiendo mi ropa en la maleta. Mañana temprano salía el avión que nos llevaría a unas espectaculares vacaciones en Hawaii. Iba a estar en el paraíso pero sintiendo que la opresión en mi pecho me mataría en cualquier momento. Tenía que actuar de lo más normal para que nadie sospechara. Sabía que lo arruinaría todo, aunque ya estaba preparada mentalmente. O eso creía. Porque si no lo hacía ahora, entonces no lo haría nunca. Y perdería la batalla.

Ya no quería volver a perder.

—¿No me crees cuando te digo que sigo enamorada de Justin? —pregunté al fin.

—Ay, Rae... Claro que te creo cuando dices que estás estúpidamente enamorada de ese desgraciado —bufó—. Lo que sí no me creo es que lo hayas perdonado. Bah, eso es lo de menos. ¡No me creo que sigas con él! ¡Después de todo lo que te dijo e hizo!

Me encogí de hombros.

—Todos merecemos una segunda oportunidad.

—¡Por Dios, Raelyn, reacciona! —gritó, perdiendo los estribos—. Algo que siempre he admirado de ti es la manera en la que pones tu dignidad y amor propio por encima de todas las cosas. No permites que nadie te pisotee ni se ría de ti... ¿Y tú me vas a decir que el idiota que te rompió el puto corazón merece una segunda oportunidad?

Tomé una profunda bocanada de aire. No quería perder yo también los estribos.

—Lamento decepcionarte, Lala.

—No le debes nada...

—Lo sé.

—Tú no tuviste la culpa. Él podía esperar a que estuvieras lista.

—Ya lo sé.

—Eres mucho para él, Raelyn. Por más que le quieras, no merece esta segunda oportunidad y no te merece. Tú eres una chica que vale muchísimo. Eres hermosa, inteligente, buena persona y un ser humano espectacular... Y el hombre que no vea eso en ti o lo desperdicie, no merece ni un minuto de tu tiempo.

Los ojos se me empezaron a llenar de lágrimas saladas. Iba a romper en llanto en cualquier momento.

—También lo sé —respondí con la voz entrecortada.

—Cuéntame qué está pasando —rogó. Sentí que me tomaba de la mano y me obligué a mirarla a los ojos—. Has estado muy extraña los últimos meses... ¿Qué vas a hacer?

Don't want no fuckboyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora