Capítulo 11

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— ¡Es hermosa, joder hermosaaaa! —un grito de pura emoción me asalta en ese instante y comienzo a dar pequeños saltos de alegría.

—Sabia que te gustaría linda, por eso la traje.

— ¡Oh, Steven ven aquí! —me aviento hacia él por completo, asi atrapandome entre su cuerpo. Rodeo mis piernas alrededor de su cintura y me aferro con fuerza mientras continuo chillando de la euforía— Gracias, gracias, gracias Steven, te quiero mucho, ¡muchísimo! gracias...

Mi amigo rie en lo alto y lo siento negar con la cabeza.

—Yo también te quiero linda, lo hago demasiado —susurra con dulzura sobre mi oído, logrando que unos cuantos escalofríos me invadan, pero los ahuyento rápido.

Me baja al suelo y cuando me separa de su persona, un gran impulso me llega de paso y no lo retengo. Me abalanzo de nuevo hacia él para besarlo muchas veces sobre su mejilla. Eso parece tomarlo por sorpresa pero la emoción que me recorre me orilla a hacer este tipo de cosas. Escucho como rie nuevamente, algo divertido por esta situación y ya después de unos tres besos más, me alejo totalmente de él.

Dirijo mi vista entonces, hacia el sillón individual en donde se encuentra una pequeña caja de zapatos, pero dentro de ella, descansa una preciosa minina de apenas un mes de nacida. Asi es, una hermosa gatita bebe me ha llegado de sorpresa esta mañana y Steven la ha traido para mi.

Él sabe perfecto que me encantan los gatos, los amo, los adoro, son mi animal preferido porque no lo se... ¡simplemente bellos para mi!

Me dijo que la encontro en un rincón vacío y lleno de basura a unas cuantas calles de aquí, que la escucho maullar por repetidas ocasiones hasta que finalmente dio con ella. Tan pequeña, tan fragil e indefensa, completamente sola en una caja de zapatos con solo una vieja camisa como cobertor ante este inmenso frio. Steven se tento el corazón al verla de esa manera que tomo la decisión de recogerla pensando en mi. Porque sabia que yo la recibiría con los brazos muy abiertos.

—Dios, de verdad es muy linda, lindisíma —chillo mirandola con ternura.

—Y es toda tuya —dice mi amigo a mis espladas. Volteo a mirarlo.

—Eres el mejor. —murmuro, una sonrisota cuelga de mis labios.

—Gracias —hace una cara de: lo se, lo se. Y me rio por eso— lo soy solo por ti.

Me mira fijamente cuando lo dice, soy capaz de ver como un destello de calidez se filtra en sus pupilas pero este se va tan pronto como llega.

Asiento con la cabeza, sonriendole un tanto nerviosa.

—Te quiero —se lo digo una vez mas, solo porque siento la imperiosa necesidad de informarselo.

—Yo también. Lo hago mucho.

Cuando ya no hayo nada mas que decir después de eso, ambos escuchamos los ligeros maullidos de la pequeña gatita en la caja. Volteo rápido hacia ella al momento que me encamino en su dirección. La miro despierta y en sus ojitos azules puedo ver el miedo que le provoca verme, a la vez que una sorpresa al observar el lugar donde se encuentra.

—Este es tu nuevo hogar, chiquilla —susurro inclinandome para acariciarla, pero apenas mis dedos se acercan a ella retrocede con temor, aun asi lo intento una vez mas hasta que logro tocar su cabezita para acariciarle con suavidad. Eso hace que cierre los ojos para absorver mi contacto— ahora estaras mucho mejor conmigo.

Soy capaz de escuchar su ronroneo y eso me hace sentir muy feliz, e incluso cuando alejo un poco mis dedos de ella, busca mi contacto de nuevo acercandose. Eso significa que esta perdiendo el miedo hacia mi persona y me agrada que sea asi. Yo seria incapaz de dañar a cualquier animalito.

En Otra Vida | Axl Rose.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora