Capítulo 28

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Hoy es el gran día.

Me preparo, estoy tan nerviosa, que casi no puedo dejar de temblar, no puedo creer que de verdad este aquí en este momento, pero debo admitir que me siento muy -muy- feliz.

Ahora mismo me encuentro en el camerino de maquillaje porque, precisamente, me estan -mas bien nos estan, también a las demas chicas- maquillando desde hace media hora.

Ya han pasado los tres días, hoy finalmente es lunes y el evento por el que tanto hemos estado esperando por fin esta aquí, ha unos cuantos minutos de darse a cabo.

También han pasado tres días desde que Steven fue a buscarme a mi departamento, y donde se despidió de mi, confesandome finalmente su amor.

Después de aquel beso, lo único que me pidió fue que me cuidará mucho, y luego de eso, solo se fue.

Me sentí tan vacía cuando lo vi marcharse, y por un momento quise detenerlo, quise pedirle que se quedará conmigo, pero en realidad no tuve la voz para hacerlo.

Kath no se entero de eso, ni siquiera se percató de que estuve llorando toda la noche a su lado, duerme como un oso en invierno y sinceramente, agradezco que no se hubiese despertado.

Desde entonces, no he dejado de pensar en él, no dejo de preguntarme a dónde se fue y porque, e incluso, reviso de mi teléfono para ver si no tengo alguna llamada o algún mensaje de su parte, pero no encuentro nada.

Te extraño tanto, Steven...

— ¡Chicas! ¿Ya mero? ¡quedan solo quince minutos! —la voz chillona de Jhonny, se presencia sobre mi oídos y volteo a mirarlo de reojo. Lleva puesto un especie de esmoquin y con su cabello —usualmente alborotado— peinado perfectamente hacia atrás.

Cualquier mujer que lo viera, babearia por él, ya que se ve -y es- jodidamente atractivo, pero lastima que sea gay.

—Ya estan listas en un momento, no desesperes —la voz de la chica que me maquilla, habla en dirección al castaño de ojos claros -Jhonny-.

—Bien, espero paciente afuera, entonces —es lo último que dice antes de salir de la habitación.

Pasan aproximadamente cinco minutos más, antes de que, finalmente, acaben con nosotras y salgamos en dirección a la pasarela. Las chicas que nos arreglaron nos desearon suerte de inmediato.

Kath me encuentra en el camino y me sonríe pícara al verme, yo de igual manera le regreso el gesto y me dice algo de estar apunto de desmayarse. No la culpo, yo también me siento igual, solo que no quiero hacerlo frente a las personas que estan alla afuera.

Nos ponemos en filas una vez llegados a nuestro lugar correspondiente. Y en los micrófonos del lugar se hace escuchar como el representador del evento habla dando la bienvenida a las personas que han asistido, y aclarando como es que se llevará a acabo todo esto.

—Las chicas son japonesas —mumura una voz a mis espaldas y giro un poco mi cabeza para observarla de reojo. Es una pelirroja, y habla con su amiga que esta justo a lado de ella.

— ¿Japonesas? —pregunta su amiga, de cabello oscuro y piel bronceada.

La chica pelirroja asiente.

—Son jodidamente delgadas, parecen palillos chinos —se burla.

— ¿Porque competiremos con japonesas? Núnca antes lo habiamos hecho —la confusión invade la voz de la morena. Y de paso, me la contagia a mi. ¿Núnca habian competido con asiáticas?

En Otra Vida | Axl Rose.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora