Capítulo 33

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Es increíble cómo el tiempo pasa de manera impresionante.

Es increíble cómo las cosas van cambiando a medida que pasan los días y para cuándo recuerdas lo que vivías antes, te quedas totalmente perplejo al ver tu situación ahora.

Eso me está pasando a mi.

Antes de que Steven me llevará con él, yo vivía en un infierno. Un maldito infierno y sobre mi propia casa.

¿Alguna vez han pasado por eso? ¿Qué tu familia te menosprecie? ¿Te haga un lado? ¿Te haga daño?

Hacerte sentir tan miserable que ni siquiera te dan ganas de seguir con esto, de seguir aquí...

Mi familia para mí está muerta, así como seguramente yo lo estoy para ellos, aunque me duela saberlo.



Sin embargo, conocer a Axl fue algo que nunca me habría imaginado. Conocerlo a él me ha hecho cambiar tanto algunas cosas. Así como también lo ha sido el saber del actuar repentino de Steven con todas esas veces que me preocupo hasta el punto de hacerme llorar, y ahora... esto.

Ahora estoy pasando por un momento de paranoia tan grande cuando conocí por primera vez a Jeffrey Isbell. Desde ese día no ha dejado de acosarme. No ha dejado de seguirme..

Desde que decidí salirme de mi casa no creí que tarde o temprano regresaría a vivir otro infierno más, pero ahora fuera de ella.

Esto es simplemente una locura.

— ¿Porqué a mi? —un susurro lastimoso es liberado de mis labios, mientras que trato de retener las lágrimas que amenazan con salir de mis ojos. Axl está frente a mi, y casi de inmediato sus dos manos se ahuecan sobre mi rostro para obligarme a alzar la mirada, justo para encararlo.

—Lo encontraré —dice él, con su voz más ronca de lo normal.

—Axl, basta —murmuro a medida que me libero de su agarre— eso no va a pasar, nadie va a matar a nadie y no harás nada por mi —lo miro desesperanzada, ni siquiera trato de ocultarselo—. Solo quiero que se vaya, que me deje tranquila, yo no le he hecho una mierda y no sé porque carajos me sigue a mí.


La desesperación que se empieza a acumular sobre mi pecho se hace cada vez más grande, que sin que pueda evitarlo, las lágrimas empiezan a salir sobre mis ojos al sentir la impotencia invadir mis pensamientos.

La mirada de Axl se endurece tanto cuando me observa de esta manera. Su expresión de pronto se vuelve sería, fría e inescrutable... que por un momento creo que no le importa en lo más mínimo el cómo me siento.

—Escuchame —habla, siendo consciente de que su tono a cambiado por completo a uno más agudo— no estarás más sola.

La confusión de pronto se abre paso por mi cabeza.

— ¿Cómo? —pregunto, al no entender.

—Si me lo permites, yo estaré contigo todo el tiempo que me sea posible.

¿Qué? exclamo sorprendida, intentando identificar si es alguna clase de broma— ¿Estás bromeando?

— ¿Cómo voy a estar bromeando con algo como esto, Erin? —suena tan determinado, que incluso me toma por sorpresa escucharlo— Me ha quedado mas que claro que ese imbécil —apunta hacia algún lado de la calle— quiere hacerte daño, y no voy a permitirlo.


Tan pronto como termina de hablar, un calor extraño se empieza a formar dentro de mi pecho, solo porque las palabras de Axl han tenido un gran efecto sobre mi.

En Otra Vida | Axl Rose.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora