Amanecía un día más en Konoha, el despertador y los rayos de sol le habían indicado que tocaba el momento de empezar una nueva jornada. Naruto se levantó de la cama, suspiró y trató de arreglarse un poco el pelo con sus manos, le había costado dormir aquella noche y tenía ojeras.
Llevaba el pantalón de su pijama y nada más, se destapó del todo y se fue hacia el cuarto de baño a realizar algunas de sus necesidades más básicas. Al terminar se miró al espejo, tenía un aspecto horrible. Trató de arreglarlo con una ducha rápida que daba la falsa sensación de que había dormido bien.
Hacia un año desde que había derrotado a Madara Uchiha junto con su mejor amigo Sasuke. Nada más terminar la guerra fue ascendido automáticamente a Jonin como casi todos sus compañeros. Era una medida de emergencia para poder recuperar rápidamente el poder militar de la villa.
La situación era parecida a la del ataque de Pain o el de Orochimaru hacía ya muchos años. Había más misiones que ninjas y aquellos especialmente hábiles como Naruto estaban pagando las consecuencias con un trabajo desmesurado.
Antes de desayunar miró su uniforme. Ahora era un Jonin de Konoha, la época de ir con horteras chándales negros y naranjas había acabado, debía ser serio y efectivo. Debía hacerlo por su villa, o eso trataba de convencerse siempre. En el transcurso de este año Naruto había dado un último estirón y ahora tenía una altura muy similar a la de su maestro Kakashi o a la de su propio padre, era una de las pocas cosas de las que se sentía contento del último año, siempre había tenido un poco de complejo por ser bajito en comparación con sus amigos.
Tras vestirse fue hacia el comedor de su casa, seguía tan desordenada como siempre. Antes le daba igual vivir entre tanta inmundicia, ahora ni siquiera tenía tiempo para arreglarla, había vuelto de su última misión a las tres de la madrugada y tan solo había tenido cuatro horas para dormir.
Tras un breve desayuno a base de ramen a punto de caducar salió de su casa rumbo hacia la Torre del Hokage. A pesar de que la guerra no había llegado directamente a la villa, muchos edificios fueron destruidos debido al choque de técnicas durante la batalla final, fueron daños colaterales. Por fortuna los refugios en el interior del a montaña protegieron a los civiles y los heridos. La villa había tenido que invertir demasiados recursos en repararse y en mantener su poder militar frente al resto de villas.
Tras la reparación de la villa ahora la mayor inversión se estaba haciendo en la academia ninja, había que instruir a los aspirantes a ninja a un ritmo mucho mayor. La gente por la calle saludaba a Naruto, se seguía sintiendo parcialmente querido por aquellas personas, pero notaba sus saludos muy diferentes a cuando derrotase a Pain. No notaba tanto orgullo ni agradecimiento en sus palabras. Naruto no era tan egocéntrico, no es que necesitase aquello. Pero lo que le molestaba era simplemente el motivo que había provocado aquel cambio en sus vecinos.
Ágilmente llego a la Torre del Hokage, y ya estaba a punto de cruzar el umbral que le separaba de su destino. Aspiró todo el aire que pudo y después suspiró pesadamente, un día más le tocaba enfrentarse a aquello.
- ¡Naruto! - Exclamó aquella persona que ahora no quería ver. - Te estaba esperando, tengo demasiado trabajo para ti hoy. - Dijo como una especie de disculpa por someterlo a tanta presión, pero confiaba plenamente en él.
- Lo que necesites... - Dijo Naruto de manera servicial. - Sasuke... - El nombre que dijo al final fue casi como un suspiro, su maldición.
Tras la batalla final contra Madara, Sasuke Uchiha fue perdonado de su delito de traición y readmitido en las fuerzas de Konoha como Jonin. Calificado como héroe de guerra rápidamente se ganó el aprecio de todo el mundo otra vez.
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La Familia Uzumaki
FanfictionHa pasado un año desde que acabó la Cuarta Guerra Ninja y todo parece estar en contra de Naruto. Pero cuando este a punto de sumirse en la oscuridad podrá encontrar una nueva luz.