8. Mientes...

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Capítulo 8

-Dagna necesito hablar contigo

El silencio que se había formado entre los tres se vio interrumpido al empezar a sonar una canción de Michael Jackson. Era mi celular lo saque del bolsillo de mi pantalón contestando.

-Bueno… si, salgo en 5 minutos - terminé la llamada.-

- Era mi madre, ya llegó por mí. ¿Asha podrías ir adelantándote? Por favor.

-¿Segura?

-Sí-

-Cuidado con lo que haces Louis- al pasar por Louis le golpeo el brazo derecho con su brazo izquierdo y así yéndose.

-¿Y de qué quieres hablar?- estaba muy nerviosa.

-Necesito hablar esto en privado- dijo volteando a ver a ambos lados del pasillo, el cual estaba solo.

-Entonces… vamos a mi casa, si quieres- no era buena idea invitarlo a mi casa que tal si todo esto solo era una trampa para hacerme algo pero  quiero saber qué es lo que me quiere decir.

-Mejor vamos a mi casa, prometo no hacerte nada malo- me dio una sonrisa amable- puedo llevarte en mi auto.

-Yo…- no sé si esto sea buena idea pero- está bien, deja le avisó a mi madre.

 -Iré por mi auto te recojo en la entrada.

Asentí para después salir a la entrada de la escuela en donde estaba la camioneta de mi madre, abrí la puerta del copiloto pero no me subí.

-Hija vámonos se me hace tarde para una cita de trabajo-

-Mamá me darías permiso de ir a casa de… - rayos si le digo que de Louis no creo que me deje ir.

-Dagna sonara grosero pero en serio tengo prisa así que si te dejo ir, en la tarde me llamas para ir por ti ¿ok?-

-Está bien- dije cerrando la puerta y bajo el vidrio

-Cuídate Dagna, te quiero-

-También yo, suerte-

En cuanto se fue, un mustang clásico en color negro  paro en la entrada de la escuela. Se abrió la puerta del copiloto dejándome ver a Louis.

-Vamos, entra-  entre al asiento del copiloto cerrando la puerta.

El camino fue realmente incómodo, no dijimos nada. Yo solo miraba por la ventana y él estaba mirando al frente concentrado en el camino.  Se desvió hacia la derecha, entramos a una calle privada, estaba llena de casas grandes con patios gigantescos.

-¿Tú vives en una de estas casas?-

-Sí- apretó un botón que estaba alado del volante haciendo que el portón de fierro se deslizara a un lado dejándonos pasar- difícil de creer ¿no?- dijo sonriendo.

-Un poco- me reí.

Llegamos al final de la calle estacionándose.  Ahí estaba una gran casa de madera, sus jardines estaban llenos de flores de muchos colores, detrás de la casa se podía ver el bosque.

- ¡Wow! es hermosa- dije aun mirando sorprendida la casa.

-Igual que tu- escuché un susurro no entendible para mí.

-¿Dijiste algo?-

-No… entremos- bajamos del auto yendo directo a la puerta de la gran casa, no podía dejar de ver todo a mi alrededor era hermoso.

-Adelante- entre al salón principal tenía un toque rustico pero muy acogedor, las paredes son de madera color chocolate y los muebles combinaban con color azul de diferentes tonos. Escuche un ladrido, volteé a ver de dónde provenía el sonido y no tuve tiempo para quitarme cuando un perro que era un San Bernardo me derrumbo subiéndose encima de mí y lamiendo mi cara.

-¡Max no!- grito Louis corriendo hacia donde estaba tirada en el suelo y me quito a Max de encima – ¿te hizo daño?-

-No jaja me hizo cosquillas, es muy bonito-

-Le caíste bien… Max ve a fuera- abrió una puerta de cristal que daba directo al patio trasero y Max salió corriendo.

-Ahora sí, ¿que querías decirme Louis?-

*Narra Louis*

- Vamos a sentarnos- la lleve hasta el sillón se sentó y yo en el otro quedando enfrente de ella.

-Dagna lo que te voy a decir es muy serio, no se lo puedes decir a nadie más-

-Louis me estas asustando-

- Prométeme que no dirás nada de lo que te diré, ¿de acuerdo?- ella solo asintió – antes que nada, quiero pedirte que me perdones por todo lo que te he hecho… sé que esto no lo justifica y creerás que soy un cobarde… la razón por la que siempre hago lo que Liam pide es porque… me tiene amenazado-

-¿Amenazado?-

-Sí, él es mano derecha de un grupo de sicarios-

-¡Ah!- soltó un pequeño grito de sorpresa-

-Así que él puede cumplir cualquier amenaza que nos haga… y enserio perdóname Dagna, soy un cobarde…-

-No eres un cobarde… te perdono Louis, pero ¿Por qué me dices esto?-

-Te lo digo porque quiero protegerte-

-¿Por qué te arriesgarías tanto por mí? Para ti yo no valgo nada…-

-Te equivocas, Dagna yo quiero protegerte porque me importas… me gustaría ser tu amigo o más que eso- estaba muy sorprendida, abrió sus ojos como dos grandes paltos después parpadeo y se levantó del sillón, yo hice lo mismo.

-Mientes- quiso irse pero la detuve de la mano.

- ¿Crees que te contaría todo esto solo para mentirte? ¿Qué pondría en peligro a mi familia?... no- con mi mano izquierda le tome le mentón levantando su cabeza- Dagna mírame- me hizo caso, sus ojos estaban cristalinos- no podría mentirte, sé que no llevamos mucho tiempo de conocernos pero la primera vez que te vi… sentí que mi corazón se aceleraba, tú me gustaste desde ese momento que cruzamos miradas, cuando te sonrojaste y bajaste la mirada te mirabas tan indefensa y sentí la necesidad de abrazarte, de protegerte-

Lagrimas recorrían sus hermosas mejillas sonrojadas – Louis tú también me gustaste desde el principio, pero no quería aceptarlo porque cada vez que me humillabas junto con tu grupo de amigos me decepcionaba de ti,  pero ahora que te veo aquí diciéndome lo que en realidad sientes por mí hace que desaparezcan esos malos recuerdos…-

Era muy atrevido lo sé pero quería hacerlo, besarla y lo hice.

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Mishi <3

 

Mi vida y cinco monstruosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora