5. La tortura de una caricia

140 14 22
                                    

[Canción el multimedia: Cover: Crazy in Love - Sofia Karlberg]

5. "La tortura de una caricia."

Lyvanna


Jackligth, Texas, 2006.

La noticia de que-sorpresiva y extrañamente-, el pueblo de Jackligth al oeste de Texas, había sido invadido por un virus que, restauraba el sistema neuronal de una persona convirtiéndola en un depredador que, de seguro para este instante hasta el oxígeno ha de estar contaminado con ese virus, se esparció como pólvora por todo el mundo en menos de 36 horas, según vimos en estos días.

Dos días después habían pasado desde que esa llamada retrasó todo lo que teníamos hasta ahora. Y lo recuerdo claramente...

-Oh, hija mía -suspiró ella, con alivio-. Pensé que les había sucedido algo... ¿Cómo están, mis amores?

Tenía en mi cabeza tantas cosa que decir, tanto que reclamar, que expresar, pero no salía nada de mi boca.

-¿Ustedes? ¿Dónde están?-fue lo que pregunté.

-Es una larga historia, Livvy. Pero no tengo mucho tiempo, necesito que me escuches.

-Mamá...

-¿Dónde están ahora?-me interrogó con urgencia.

En eso mis hermanos se había acercado a mi, al notar mi palidez.

-¿Dónde estamos?-balbuceé estúpidamente, luego solté una maldición por eso.

Santiago se acercó más a mí y negó con la cabeza, frenético, y con una expresión de... horror y formuló con sus labios un: "no digas la ubicación."

-Estamos en el pueblo, todavía. -respondí cuando me volvió a llamar.

-Muy bien, Lyvanna, van a ir por ustedes.

-¿Qué?-había elevado la voz, alarmando más a todos.

-Sí, cariño, tienen que ir al límite del Cañón. Ahí los recogerán un camión de las Fuerzas Especiales, donde los traerán a un lugar seguro, amor, pero deben ir lo más antes posible.

Por supuesto, ahí recayó en mí todo el peso de la verdad, y observé a mis hermanos, triste, obviando lo que nos tenía en vilo. Era verdad, ellos eran parte de esto.

Pero no tenían que saber que nosotros lo sabíamos.

-Mamá, no entiendo nada -había fingido-, ¿qué quieres decir con eso?

-Un refugio subterráneo, mi amor, pero no tenemos mucho tiempo. Tienen que estar en ese lugar en tres días.

-Mamá, espera.

-Liv, debo irme. Tienen que venir, amor, por nuestra familia. Los amo, a todos, recuérdalo siempre. Tu padre y yo los amamos. -y con eso dio finalizada la llamada.

-Es verdad, todo es verdad -había dicho, con dureza, y ahora si creía del todo que ellos tenían que ver con la destrucción de lo que conocemos.

Decadencia Apocalíptica © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora