Capítulo 8 - La Cura Mortal y de paso fangirleo casi mortal
- ¡No puede ser! - gritó Álvaro.
- ¡Pues lo es! - grité yo.
- ¡Dámelo!
- ¡Una mierda! ¡Es mi regalo!
- ¡LUCÍA, ESA BOCA!
- Perdón mamá - dije rodando los ojos.
Bueno, el escándalo tenía una razón digna de mención: La Cura Mortal.
Para aquellos ignorantes que no saben lo que se pierden en esta vida, es el tercer libro de la conocida saga El Corredor del Laberinto (Maze Runner en inglés). Saga por su precuela y secuela que todavía no me había leído y que me moría de ganas por hacerlo. Al parecer, Álvaro también, porque no paraba de echar a MI libro miradas lascivas.
- ¿Puedo tocarlo? - me dijo con los ojos grandes y brillantes.
Le miré entrecerrando los ojos, recelosa.
- Como lo dobles, manches y/o lo rompas, te lanzo a los mutos - le amenacé tendiéndole el libro lentamente.
Sí, vale, era demasiado sobreprotectora con los libros. Llamadme Gollum o lo que sea, pero esos libros eran para mí lo que el anillo era para Gollum. Mi tesssssoro.
- No te preocupes, conozco la sensación de tener una portada abierta - se lamentó Álvaro.
- Es desgarrador - afirmé.
Álvaro levantó la cabeza del libro.
- ¿Sabes? Nunca pensé que alguien como tú leería hasta que me insultaste en Clariano - me dijo.
- Tú tampoco lo aparentas - me encogí de hombros - Espera, ¿qué has querido decir con "alguien como tú"? - pregunté frunciendo el ceño.
Álvaro se encogió de hombros.
- Antes de que te chocaras conmigo tenía la impresión de que eras otra niña pija y hueca interesada sólo en laca de uñas.
- ¿Como tu novia? - pregunté a la defensiva.
- La verdad es que sí.
Me quedé mirándole sin expresión en el rostro. ¿Eso me lo tenía que tomar bien o mal?
- ¿Por qué? - me decanté por preguntar.
Él me miró como si fuera obvio.
- Porque eres guapa, vas bien vestida y parecías un poco tonta.
- ¡Eh! ¡Yo soy muy lista!
Álvaro se echó a reír mientras yo torcía el morro. ¿Cómo me había podido comparar con ese espécimen que es su novia? Qué asco. Sólo de pensarlo me daban escalofríos.
- Lo siento, lo siento, me equivoqué contigo.
- Y tanto - le miré enfadada.
- Lo siento, ¿vale? No soy muy dado a acertar en mis suposiciones. Tengo malas experiencias con eso - hizo una mueca.
Yo le miré curiosa.
- ¿Malas experiencias?
Álvaro levantó la vista y se me quedó mirando.
- ¿Eres de fiar? - me preguntó.
- Depende - respondí yo - Si me caes mal, no guardaré tu secreto, pero si me cae bien, puede.
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Ni lo pienses
Teen Fiction"- Bueno, por mucho que te fastidie, sé que te encanto. Veo cómo me miras desde lejos y escucho las conversaciones que tienes con mi hermana cada vez que vienes a casa, así que lo sé todo sobre ti. Lo que tú quieres es estar cerca mío todo el tiempo...