6•- La verdad

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-Nunca conocí a mi madre – comenzó a relatar Natasha sin dejar de mirar a Steve a los ojos – murió cuando yo nací.


Mi padre la amaba demasiado, para él yo era la razón de que ella hubiera muerto además de que según mi abuela yo soy idéntica a mi madre, sus mismos ojos, su cabello, mi padre no soportaba siquiera mirarme, las pocas veces que me dirigió la palabra cuando era niña era para decirme que yo era una desgracia, una asesina, que no yo debería estar viva.


Mi abuela por otro lado trato de llenar ese vacío maternal y los maltratos de mi padre con su cariño, ella era el ser mas noble que te puedas imaginar yo no necesitaba nada más, me arropaba en las noches, me abrazaba y besaba cada vez que mi padre me gritaba, pero ella era mayor, cuando comenzó a enfermarse casi no podía cuidarme así que me pasaba las tardes sentada al lado de su cama sin separarme de ella. Cuando mi padre se dio cuenta de que ella moriría y negándose a la idea de hacerse cargo de mí. Me entrego a Ivan Petrovitch, mi abuela trato de impedirlo pero cómo te imaginaras fue inútil.


Tenía 5 años cuando eso pasó.

Ivan era un buen hombre no me trataba tan mal como mi padre pero el no quería una hija, quería una aprendiz, comencé con clases de ballet y artes marciales cuando llegue a vivir con el, me enseño a obedecer sin dudar, y otras cosas más. Me llevo a la KGB cuando tenía 11 pero no me enseñaron a matar hasta que cumplí los 17.

Para ese entonces yo ya era una máquina letal, no debía sentir ni dudar a la hora de pelear y mucho menos a la hora de matar. Yo seguía ordenes sin rechistar. Cuando entre a la Red-room comencé a matar en entrenamientos, cada vez eran menos viudas, las débiles morían en entrenamiento. Como Ivan siempre quiso, fui la mejor, pero yo aún tenía noción de lo poco que mi abuela me había enseñado. Comencé a fallar en los entrenamientos a propósito para no llegar a la ceremonia de graduación pero Yelena lo notó y me dijo que no podría evitarlo.


-Nat… eras una niña – susurro Steve – tu no tienes la culpa de nada – limpiando las lágrimas de Natasha.


-Me he repetido eso muchas veces – le susurro a Steve con la voz entrecortada – Yo era una niña, no conocía nada más, fue lo que me enseñaron – cerró los ojos negándose a mirar a Steve al saber lo que venía – En una ocasión creí que podía ser feliz, mi último instructor antes de mi ceremonia de graduación – soltó un suspiro antes de continuar – era un hombre muy callado y osco, pero notó mis dudas y miedos, me dio palabras de aliento y me ayudó mucho, era un gran hombre, es de hecho, tú lo conoces mejor que nadie – le dijo causando que Steve la mirará extrañado – es tu mejor amigo – concluyó haciendo que el capitán abriera sus ojos asombrado.


-¿Buck? ¿De que hablas Nat? – pregunto extrañado –


- No lo recordé hasta que Wanda entró en mi mente en la batalla contra Ultron – explicó antes de continuar – pero el soldado del invierno fue mi último instructor antes de mi ceremonia de graduación, el sabía que yo no quería estar ahí, “Vales más de lo que piensas Natalia" me dijo en una ocasión durante mis entrenamientos. Era la frase mas amable que me habían dicho en muchos años. Sin hacer referencia a mis habilidades, claro está. Me aferre a esas palabras.


-¿Te enamoraste de él? – pregunto Steve con duda en su voz.


-Nos enamoramos – confeso – pero como te imaginarás eso no estaba bien visto en KGB, así que fuimos discretos, hablábamos un poco de nosotros, de lo éramos, en lo que nos habían convertido, yo era ingenua y estaba enamorada, así que le pedí a James que escapáramos, el era la mejor arma que tenían en el momento y yo estaba a nada de mi graduación, de ser la nueva y mejor Viuda Negra que hubiera existido – dijo soltando otro suspiró – pero Yelena se dio cuenta de mis planes antes de siquiera tener una oportunidad, tuve mi ceremonia de graduación y borraron mi entrenamiento con James de mi mente, y a él le hicieron lo mismo que a mí. El resto de la historia ya la sabes, me convertí en lo que Ivan y Yelena esperaban de mi, la mejor Viuda Negra que la KGB hubiera tenido, maté a muchas personas y dañe muchas más, en cuanto a James… El y yo no volvimos a vernos hasta el día que intentó matarnos – guardo silencio antes de proseguir – Perdóname Steve, no sabía como decírtelo, tu lo seguías buscando y yo no sabía que pensar. Tenía tantas dudas en ese entonces y yo…


-¿Lo amaste mas que a Bruce? – le interrumpió antes de que pudiera terminar –


Natasha dudo antes de contestar.


-Bruce fue… Yo quería mucho a Bruce, aún lo quiero, pero eso no fue amor Steve. Nosotros nos entendíamos. ¿Sabes? Ambos somos lo mismo. Los 2 habíamos sido convertidos en algo que no queríamos sin poder hacer nada para evitarlo. Cuando le pedí a Bruce escapar, yo acababa de recordar mi amor fallido con James. Todo lo que había pasado en la KGB. Quería huir y Bruce era mi mejor opción para eso. ¿Quién podría entenderme mejor que él? Nadie, bueno eso pensé antes de ti – le dijo buscando su mano sobre la cama y sintió un gran alivio cuando Steve entrelazo sus dedos con los de ella – pensé que si nos íbamos juntos, con el tiempo lo amaría y nos podríamos hacer compañía el uno al otro, sin esconder lo éramos. Nuestros miedos – soltó una risa sin ganas – pero incluso el otro sujeto no quería estar con alguien como yo –


-Hulk nunca ha pensando mucho – bromeo Steve luego de unos segundos en silencio – me alegra que fuera lo suficiente estúpido como para haberte dejado ir – confeso dejando un beso en la frente de la espía –
Natasha lo miró sorprendida sin saber que decir mientras se alejaba de Steve.


-¿Cómo puedes…? ¿Hablas en serio? ¿Acaso no escuchaste nada de lo que te acabo de contar? – le pregunto con estupefacción.


-Natasha, ¿De verdad pensaste que yo iba a dejar de amarte después de lo que acabas de contarme? Creo que te amo más y no pensé que fuera posible – le dijo acercándose a ella a pasó lento – estoy sorprendido no te lo voy a negar, dolido también pero eso ya no tiene sentido, estoy enojado eso es obvio pero no contigo, no voy a juzgarte Nat ahora se que eres la persona mas fuerte que he conocido, Te amo y te agradecería que no dudaras de mi, yo siempre soy honesto, ya te lo había dicho – habló mientras tomaba el rostro de la espía entre sus manos, limpiando las lágrimas que se deslizaban por sus mejillas –


-No te merezco – le respondió ella poniendo sus manos sobre las de él – tu mereces ser feliz, una familia y yo no puedo dártela – soltó un quejido antes de continuar – la ceremonia de graduación de la que te hablé, consistía en la esterilización, no puedo tener hijos Steve, ellos decían que era lo único que podía ser mas importante que una misión, me esterilizaron Steve, no tengo nada que ofrecerte – finalizó sin dejar de llorar mientras agachaba su cabeza–


Our Secret (Romanogers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora