34 • - Cambios

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–Steve – escucho que lo llamo antes de que llegara a la puerta de la habitación – no te vayas – le pidió la espía con voz baja, ante las palabras de la mujer el soldado se detuvo y dudo un poco antes de seguir caminando, ignorando su petición – por favor – insistió – quédate conmigo –

–Nat, mientras tu decidas "hacer las cosas por mi bien" no voy a tocarte, aunque me muera por hacerlo – le respondió el soldado, girándose, mirando a la espía a los ojos – no lo voy a hacer –

–Steve, eso ni siquiera tiene sentido, nosotros... –

–Para mí lo tiene y si yo respeto tu decisión de no estar juntos, espero que tu respetes la mía de no tocarte a menos que me aceptes de nuevo –

–Te necesito –

–Yo también –

Steve desvió su mirada cerrando los ojos, manteniéndose firme en su decisión, al no recibir respuesta de la espía, el soldado retomo su camino a la puerta, siendo detenido de nuevo por la voz de la mujer.

–Solo quédate entonces, duerme aquí conmigo ¿Sí? – pidió de nuevo la espía – solías hacerlo antes de estar juntos –

El soldado dudo un poco antes de asentir y caminar a la cama, Natasha sonrió con triunfo haciéndole espacio en la cama.

–¿Piensas dormir con la bata de baño? – le pregunto el soldado comenzando a despojarse de su vestimenta quedando solo en bóxer ¿Qué más daba? No había una sola parte de su cuerpo que Natasha no conociera y viceversa.

–¿Prefieres que lo haga desnuda? – cuestiono la mujer con coquetería.

–Natasha... – le reprendió con la mirada.

–Por lo menos lo intente – le respondió la espía comenzando a buscar en la habitación algo que usar para dormir.

Steve observo con atención a la espía caminar a la entrada de la habitación y tomar la pequeña maleta que habían preparado antes de salir y que afortunadamente no habían perdido en el combate, y comenzar a sacarse delante de él la bata de baño, sabía que debía mirar hacia otro lado, pero por más que lo intento no pudo apartar la vista del perfecto cuerpo desnudo de la mujer, lo que más le molestaba a Steve es que ella lo hacía a propósito, lo estaba provocando y él era un hombre por todo lo sagrado, era débil, la vio ponerse una vieja camiseta de él junto con unas bragas para después caminar a paso lento a la cama.

Para ese momento Steve ya había olvidado todo el cansancio que sentía y una parte especifica de su cuerpo estaba más despierta que el resto. Natasha se acomodó en su lado de la cama, pegando su cuerpo al suyo y dándole la espalda.

–Abrázame Steve –

Y el soldado casi por reflejo se acostó detrás de ella, abrazándola, acomodándose en la pose en la que solían dormir casi todas las noches cuando estuvieron juntos.

–Parece que tienes un problema Capitán, ¿Necesitas ayuda con eso? –

–Estas jugando sucio Romanoff – le advirtió el soldado dándole un beso detrás de su oreja – solo duérmete –

–Dulces sueños Steve – le hablo la espía en voz baja a lo que el soldado solo respondió con un gruñido molesto.

Steve noto con facilidad el cambio de respiración de la espía que evidenciaba que había caído dormida, se movió un poco tratando de acomodarse causando que su masculinidad rosara los glúteos de la mujer, sacándole un pequeño gemido. Cerro los ojos tratando de serenarse, soltando una respiración profunda, para después prestar atención al rostro dormido de la mujer, y sin poder evitarlo a su mente vinieron todas las ocasiones de la última semana en la que Natasha había estado en problemas por el virus, la habían golpeado 2 veces y también había estado muy débil, pudo perderla en una distracción. El libido que había sentido hacia 3 minutos desapareció ante la idea de Natasha herida como aquella ocasión en la que Sharon le había disparado, y sin poder evitarlo su mente viajo a aquel día, en el que Natasha había salido de su operación y se veía tan débil y lastimada; el soldado sintió como un escalofrió le recorrió todo el cuerpo, negó con la cabeza tratando de alejar esas ideas, se acomodó de nuevo en la cama y disfrutando de la exquisita y familiar sensación de tener a Natasha entre sus brazos otra vez, cayó en los brazos de Morfeo.

Our Secret (Romanogers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora