Cap 2- El tren

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Hoy por fin volvería a casa, Romina nuestra elfa doméstica vino a despertarme, papá no la trataba demasiado bien, pero para mi era como de la familia.
Me vestí con unos vaqueros negros rotos, mi camisa verde oscuro de la suerte, era de tirantes cruzada con un escote no demasiado pronunciado pero suficiente para atraer las miradas, me puse mi cazadora vaquera con pelo, en el tren siempre hace frio, me peiné y me deje el pelo suelto y ondulado, hoy tenia un brillo negro que me encantaba. De pequeña era prácticamente rubia pero con el tiempo mi pelo se volvió azabache. Me hice un maquillaje sencillo ahumé mis ojos con sombras color café, esto hacia que el color verde de estos llamara más la atención, apliqué máscara de pestañas y por último pinté mis labios con un color nude, tengo los labios muy grandes a si que estos colores me quedan bastante bien.

Mis maletas ya estaban hechas tan sólo quedaba irme, mi padre y mi hermano no estaban. Esto era algo normal, o sea que Gabriell (el chófer de mi padre) me llevó a la estación. Cerbero, mi labrador negro, fue el único que se despidió de mí con cariño.

Allí me encontré con mis amigas, Alexa fue la primera en abalanzarse sobre mí, ella era mi compañera de habitación, las dos eramos Slytherins, la conocían por ser una rompe corazones, en cuanto las demás me vieron también me abrazaron, llevaban mucho tiempo sin verme. Yo también estaba muy contenta de verlas a ellas.

El ser amigas suponía varios problemas ya que somos de casas diferentes, Alexa y Nina son Slytherins y Maddie, Eiris y Anne son Ravenclaws eso estaba bien, el único problema era Alice, ella es Gryffindor y a la gente eso no le gustaba. Por suerte nunca nos ha importado la gente, también estaba el aura de rumores que nos rodeaba a todas.

Cada una era el centro de atención de su casa y juntas eramos el centro de atención de todo Hogwarts. Con Alice podíamos hablar más bien poco, pero a pesar de ser Gryffindor igual la queríamos.

Por fín atravesamos la pared y ya estábamos en el anden, la sonrisa me salió sola.

-Psst,Psst- no me di cuenta de quien me llamaba hasta que noté un codazo de parte de Nina.

Me gire indignada dispuesta a responder pero entonces, lo vi. Malfoy.

Mentiría si no dijera que estaba tremendamente guapo en ese traje negro.

- Parece que el rubio tiene nuevos amigos- yo todavía no había mirado a sus acompañantes seguía embobada mirándolo a él. Al final, me digné a apartar la mirada y observar a sus nuevos amigos, y madre mía todos eran unos adonis.

- Alexa, la baba- dijo Nina. Todas nos reímos y por la sonrisa socarrona que puso esta ya supimos cual sería su próxima víctima. Pero esperamos a subirnos a nuestro vagón para hablarlo.

El resto de las chicas ya estaban en los vagones de sus respectivas casas, solo faltaba Slytherin.

Subimos a nuestro vagón. Y ahí empezaron los problemas. Como no,  producidos por el estúpido trajeado de Malfoy.

- ¿Qué hacen en nuestro vagón?- se podía notar perfectamente el enfado de Nina en su voz.

Antes de que Nina fuera a gritarles yo me adelanté.

Las expresiones de sus caras al verme no tenían precio. Sobre todo la cara de Draco, estaba descompuesto.

- Hola rubito, ¿tan rápido me quieres quitar mi sitio?

Enseguida su cara cambió por una con una perfecta sonrisa burlesca. Estúpido.

- Por supuesto que no, querida, puedes sentarte aquí si quieres- dijo palmenado sus piernas.

Juro que me sacaba de quicio.

- No te equivoques Malfoy, eso es lo que tu quieres, no lo que yo quiero. Y ahora, fuera.

SlytherinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora