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– Cassie –Luke me habló, me dí la media vuelta y sonreí al verlo caminar hacia mí.

– ¿Cómo estás? –Pregunté cerrando mi casillero sin dejar de verlo. Se encogió de hombros.

– ¿Quieres acompañarnos a la casa de Calum? –Caminamos hacia la salida. Asentí. Caminamos cerca el uno del otro.

– ¿Qué tienes? –Dije mirándolo. Agachó la mirada y se volvió a encoger de hombros– Sabes que puedes confiar en mí...

Él me miró rápidamente.

– Nada, mis papás tienen problemas, es todo...

Notaba cierto dolor en su voz pero tampoco quería presionarlo. Me quedé pensando en como reaccionar. Mis papás siempre habían sido buenos y comprensivos conmigo, nunca lo había visto pelear, al menos no en frente mío.

Entrelace nuestras manos. Él se quedó quieto. Un color rojo inundó mi rostro.

– Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea –Sonreí, su mano antes estaba un poco desconfiada de toma la mía pero ahora había tomado el control y la suya cubría la mía.

– Es sólo que me duele verlos así, pero sé que con el tiempo sus peleas pasarán... –Se sinceró.

– Apuesto a que es solo un mal momento, verás que las cosas se ponen mejores –Dije sin soltar su mano. Nuestras manos se balanceaban. Era un poco extraño puesto que cualquier persona que nos viera pensaría que somos pareja, pero me hacía sentir cómoda, segura.

– Tienes razón, dejaré de pensar en eso... ¿cómo te fue hoy? –Preguntó mientras doblabamos la esquina de la calle. Los chicos se habían saltado las últimas clases con el pretexto de que ya casi era final de año y por el momento no estaban haciendo nada. Sin embargo yo tenía que quedarme hasta la última hora, pero ellos habían prometido que pasaríamos el día juntos, ya era costumbre, pues mis padres no estaban casi nunca en casa y a mi no me gustaba quedarme sola.

– Bien, me regalaron condones –Dije riendo. Él me miró extrañado y comenzó a reír junto a mí–. Aunque no sé para que los quiero.

Él me miró fijamente.

– Damelos a mí –Dijo haciendo un puchero. Levanté las cejas rápidamente.

– ¿Para que los quieres? –Dije juguetona mientras lo empujaba levemente.

– Si tú no piensas darles un uso, yo lo haré –Dijo seguro, reí levemente–. Te enseñaré a ocuparlos.

Losers Club «5sos»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora