Han pasado varios días de aquel mágico contacto de labios que dejo avivados dos corazones y en oscuridad a dos más. No han vuelto a verse, él no ha ido por el castillo y el gran baile se aproxima, ella se está haciendo a la idea de que todo aquello sencillamente fue un error. Por otra parte sus padres quisieron saber cómo les había ido esa noche, ninguna de las dos conto las cosas como sucedieron, con sus respuestas dieron a entender que había sido una hermosa noche, el Rey afirmo que era muy importante que las cosas hubieran salido bien.
En esos días se enterado que Dilara resulto ser nieta de Raymond, el Márquez del este de Europa, él no podría asistir y en representación asistiría su nieta. Esos días la curiosidad por saber cómo un hombre como Eddie había sido novio de ella, la respuesta no fue lo que esperaba, necesitaba saber en qué se basa enamorarse de una persona, el camino que ella iba a tomar no era el más indicado para conocerlo. Su prima tampoco se quedó con las ganas de preguntar qué había pasado entre ellos esa noche y no comió entero al hecho de que solo le fue a mostrar una clásica sinfonía.
Era sábado y el atardecer estaba colorido, se encontraba en la habitación observando el bosque por el balcón, desde su último encuentro, no había vuelto a tener sueños. Lo que en esos momentos quería hacer era poder hablar con lo que sea que fuera ese ser, quería respuestas, solucionar aquellas dudas que la estaban enloqueciendo. Bajo a cenar, su padre comunico que el Rey Thomas no asistiría al gran baile, cuestiones que se reservaba y solo enviaría a sus dos hijos. La cena culmino y cada uno se fue a su recamara a descansar.
Se introdujo en las sabanas, cerró sus ojos.
– Quiero ir al bosque –se escuchó diciendo.
Decía en pequeños susurros, sus pensamientos se fueron opacando. Abrió los ojos no pudo ver más que oscuridad, no sabía como pero ahí estaba, era consciente de que solo era un sueño y aun así se sentía real.
El bosque no tenía nieve sobre ni dentro de él, el cielo parecía resentido y todo su fruto no se lo permitía dar o él no se sentía merecedor de ese dulce néctar blanco. La luna era la única amiga sabía que lo alumbraba. Hacia frio y la brisa batía con corrientes heladas, a lo lejos una diminuta luz parpadeaba, fue en esa dirección, cada paso que daba se tornaba más frio, estaba descalza y las condiciones en las que se encontraba vestida no eran aptas para la temperatura a la que estaba expuesta, apresuro su paso al ver que no se acercaba decidió correr, tardo de unos siete a diez minutos en llegar a la luz, aquella luz era tan solo producto de una lámpara, se decepciono había pensado en otra cosa, aun así fue reconfortante le brindo un poco de calor, la cogió con manos temblorosas, tuvo mejor visibilidad y noto junto a un árbol un saco de lana negro, sin pensarlo dos veces se lo coloco, la calor que de inmediato le brindo fue muy oportuno. Alumbro con la lámpara y detallo un camino, presentía que el sueño se estaba extendiendo, siguió aquel sendero abrazada por la necesidad y la seguridad de que algo bueno podría ocurrir.
El camino termino en un árbol, uno demasiado grande y ancho, un pequeño recuerdo invadió su mente, había sido el árbol de su sueño, el árbol de aquel cegador resplandor, estiro su mano para poder tocarlo y un ruido a sus espaldas la sobresalto, se giró, no vio nada más que matas negras y árboles, al mirar otra vez al árbol, escucho decir como si proviniera dentro de él la palabra:
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El Secreto Del Bosque©
ParanormalLA OSCURIDAD NO SIEMPRE ES ETERNA. Sólo le hace falta el Epilogo. -Historia totalmente mía. -Prohibido copiar. -Prohibido adaptar. -Todos los derechos reservados©