Estar sintiendo como la lluvia caía sobre su cuerpo mientras intentaba escuchar cada palabra que le decía Dylan en voz baja era complicado. Durante el camino a ese lugar extraño, le decía que le prestar atención cuando él comenzara a hablarle para que comprendiera lo que debía hacer. El lugar era desolado, las estrellas podían verse, y frente a ella había una gran pradera. Le explico que era un lugar lleno de flores que jamás había visto, debía tener cuidado en donde pisaba. Las flores no podrían tener color pero si estaban llenas de vida. Melek noto que de la mano izquierda salió una luz que alumbraba un extraño sendero, cuando llegaron a un punto exacto se detuvieron. Miro a su alrededor y se dio cuenta que estaban justo en el centro. Se sentaron, él comenzó a hablarle de nuevo, la lluvia no ayudaba mucho a comprender lo que salía de su boca y el frio ya yacía sobre todo su cuerpo.
– PODRÍAS, ACERCARTE MÁS PARA OÍRTE MEJOR.
No escucho respuesta, se movió más cerca de ella, el no poder verle lo complicaba todo, le sugirió que si podía encender de nuevo la luz para tener mejor visibilidad. En segundos el espacio en el que estaban se tornó de pequeñas luces, podía ver ciertas partes de su rostro. Las cosas que pasaban a su alrededor ya no le sorprendían, no le presto importancia a las luces diminutas.
– Has prestado atención a lo que te he dicho durante todo este tiempo.
– No te he oído nada, la lluvia no me ha dejado escuchar lo que me has dicho, lo lamento.
– Volveré a decírtelo –Dylan bajo su mano cuando movió su cabello que le empañaba la frente, su mano al tocar la piel de ella electrizo su cuerpo, su energía y la de Mel eran superiores y magnéticas.
Comenzó a hablar mientras era observado en busca de una respuesta a la reacción que su cuerpo tomaba cuando el de él la tocaba, no encontraba ninguna, jamás en su vida lo había podido a ver visto, él era un ser diferente a ella, podía verse como humano pero la realidad estaba en su esencia; lagrima de fuego.
Mientras oía su voz, pensaba como un ser como él estaba ahí, en esa realidad llamada mundo. Detrás de esa venían muchos interrogantes. Con todo lo que estaba viviendo entendía que la existencia se basaba más allá del respirar, que muchos seres habitaban ahí en la oscuridad, tratando de entrar a la claridad que pocos tenían el privilegio de tener por un lapsus de tiempo. Ziva últimamente le revelaba sucesos que indicaban que había un universo lleno de existencias.
De la nada, así como un relámpago en el cielo, sintió un impulso y tomo con su mano la de Dylan y solo basto eso para que todo a su alrededor cambiara totalmente. Ahora se encontraban en un lugar lleno de luz, donde el sol sonreía sobre un cielo despejado, busco la mano de Dylan, no estaba
– ¡Dónde estoy!
Cuando se levantó dudosa, se dio cuenta que estaba en un campo lleno de flores, alrededor del prado habían árboles frondosos, sonidos de aves cantarinas por doquier. Escucho risas a lo lejos detrás de ella, giró, una pareja venía hacia donde ella se encontraba, se movió cuidadosamente tratando de no hacer ruido, actuó demasiado tarde, estaban a dos pasos de su sombra, justo ahí se detuvieron, Melek ya no sabía si era conveniente respirara. Cuando los detallo bien se admiró que aquella pareja fuera justo la misma que habían visto sus ojos en el recuerdo del sótano del castillo.
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El Secreto Del Bosque©
ParanormalLA OSCURIDAD NO SIEMPRE ES ETERNA. Sólo le hace falta el Epilogo. -Historia totalmente mía. -Prohibido copiar. -Prohibido adaptar. -Todos los derechos reservados©