Los días avanzaron con tranquilidad, llego el último día del año, la familia real se preparaba para salir del castillo al gran desfile que se realizaría en el pueblo, todos habían acordado vestirse de colores brillantes para recibir el nuevo año con resplandor: Egmont lucía un traje gris brillante, Sabina un hermoso vestido largo de mangas de color azul que ajustaba a su pecho, Clara un vestido de color rojo de una sola manga e iba ajustado hasta su cintura, Nana opto por un conjunto de color rosado pastel, la falda daba hasta sus rodillas y sobre la camisa había una chaqueta del mismo color, Mía, Elga y Melek se pusieron el mismo estilo de vestido, sin tiras, ajustado hasta la mitad del muslo y caída en lisa, el de Mía dorado, el de Elga Negro y el de Melek plateado.
Antes de llegar al pueblo subieron en la carrosa decorada para ellos, salieron primero sus padres y Nana quienes iban en el coche del frente, después las tres jóvenes, al salir del auto vio esos ojos verdes, al bajar la mirada por su rostro hasta sus labios, labios que la habían hecho detener el mundo. Largo su mano y Eddie la tomo en forma delicada, la posiciono de gancho y la condujo hasta la carrosa. Le dio un casto beso en su mano y se dirigió donde se encontraba su padre, Melek se sentó al lado del Rey en un banco que había en la parte delantera de la carrosa, se había hecho específicamente para que los siete estuvieran al frente y sus otros acompañantes detrás de ellos.
La carrosa lucia hermosa para los ojos de cualquiera, en los lados habían copos de nieve iluminados, el suelo era blanco, al lado derecho en la parte de atrás había un muñeco de nieve de unos tres metros, a su lado izquierdo había una pared que estaba iluminada y daba la impresión que descendían y subían copos de nieve, sobre la superficie había un techo de luces que cambian de colores y a la vez formaban símbolos y animales. No era la única carrosa pero si la única con gente sobre ella, las demás eran más pequeñas y más sencillas, algunas solo tenían un muñeco de nieve grande e iluminado, otras tenían la imagen del castillo, otras estrellas grandes o copos de nieve, Melek solo puedo observar unas cuantas antes de que la carrosa iniciara el desfile.
El pueblo se fue iluminado por el resplandor de las carrosas, en ese momento cada casa empezó a prender las luces en orden dándole magia a la noche, la gente salía para saludar a la familia real. La carrosa real se dirigió a una parte que para Melek era nuevo, tenía que pasar por un gran arco que estaba totalmente iluminado, cuando la carrosa se adentró en un túnel iluminado, las luces reflejaban pequeños niños jugando, flores brotando y nieve cayendo, ella no podía creer como lograban dar esos efectos, al otro lado se encontraba más gente y al fondo noto una gran torre con un enorme reloj, las once empunto, noto que la distancia había sido larga.
La torre estaba iluminada de color azul el decorado daba la impresión que agua caía desde el reloj, cada carrosa se ubicó de tal forma que la familia quedara de primera, el lugar era un inmenso estadio, sus paredes no podían descifrarse, estaban totalmente iluminadas, la mayoría del pueblo se encontraba reunida en él.
La hora paso tan rápido que Melek ni lo noto, se la había pasado hablando con Elga de lo hermoso que se veía todo, que una cosa era estar presente y otra solo ver fotos y estar atenta cuando ella le describía los desfile, le manifestó que era una de las cosas más hermosas que se había perdido todos esos años pero que lo mejor faltaba por llegar. Cuando faltaban cinco minutos para las doce, alguien hablo desde la punta del reloj, toda la gente miro en esa dirección.
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El Secreto Del Bosque©
ParanormalLA OSCURIDAD NO SIEMPRE ES ETERNA. Sólo le hace falta el Epilogo. -Historia totalmente mía. -Prohibido copiar. -Prohibido adaptar. -Todos los derechos reservados©