||CAPÍTULO 4||

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Antes de bajar a desayunar coloco su peonia en un vaso con agua sobre la mesa de noche, estaba como recién cortada

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Antes de bajar a desayunar coloco su peonia en un vaso con agua sobre la mesa de noche, estaba como recién cortada. Bajo al comedor y el único que faltaba era su padre, se sentó al lado izquierdo frente a su madre, una empleada sirvió su plato, comió despacio sin mirar a nadie, Sabina fue la primera en levantarse, seguido de Mía a quien se le estaba haciendo tarde para ir al trabajo, luego Clara con Nana, quedo ella y Elga en el comedor, al terminar se cambió de puesto quedando al lado de su prima, le comunico en voz baja para que los empleados que estaban recogiendo la mesa no escucharan.

– ¿Sabes dónde está mi padre?

– Está en su despacho, hablando con tu suegro –dijo riendo mientras terminaba de tomar su bebida.

– No crees que es muy raro esas llamadas.

Cruzo sus brazos sobre su pecho recostándose en la silla.

– En parte sí, también pueden ser de asuntos importantes, no crees.

– Debería preguntarle sobre las problemáticas que no sé del reino.

– Hazlo, no pierdes nada con preguntarle. Aquí antes de mi padre... pasaban cosas muy extrañas.

Cuando termino de desayunar fue al despacho de su padre, antes de ingresar escucho como hablaba en vos alta, recostó su oído en la puerta para poder escuchar lo que decía, la voz de adentro enfureció.

– Si no lo consigo, mi hija aceptara a tu hijo, tenemos que encontrar otra solución.

Se hizo una pequeña pausa, se escuchó a otra persona hablar, era la voz del rey Thomas.

– Tiempo es lo que no queda si queremos...

La puerta se abrió, su padre se giró y de inmediato cerro la computadora, antes de que lo hiciera pudo ver la cara del Rey Thomas en la pantalla.

– ¡MELEK! –grito con voz enojada.

– ¡Podrías explicarme lo que acabo de escuchar!

– No te he enseñado que debes tocar antes de entrar a cualquier lugar y que es de muy mala educación escuchar detrás de las puertas conversaciones ajenas –expreso esto subiendo el tono de la voz en cada palabra.

– Lo siento, explícame lo que escuche.

Le indico que se sentaran en el mueble del despacho, estando ahí, él se veía muy nervioso y no dejaba de mover sus manos.

– Solo es un contrato que estoy haciendo con el Rey de Asía, pequeña.

– Porqué algo me dice que no es eso –lo miro fijamente.

– Es eso –Su voz fue firme– Y no comprendo porque no aceptas de una vez que DEBES CASARTE CON EL PRÍNCIPE LUKE –manifestó gritándole.

– Pensé que no querías que... –sus ojos se le cristalizaron y su cara se enrojeció– Deberías llamarlo y decirle que venga ya mismo y nos casamos si eso es lo que quieres.

El Secreto Del Bosque©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora