Miraba al guardia sin parpadear mientras un dolor se instalaba en su pecho, golpeo al guardia una y otra vez golpes al guardia, diciéndole que lo que él había dicho era mentira, aquel hombre simplemente se dejaba, estaba desahogando su dolor y, él lo entendía, todos los empleados la miraban con angustia, en un breve momento Melek reacciono y salió corriendo hacia el bosque, diciendo en su mente que era una mentira, que su padre estaba bien, que él no podía haber muerte en ese avión, los guardias le gritaban que se detuviera pero aun con tacón alto corría, más bien, estaba volando sobre el suelo, se desapareció en el bosque.
Su madre bajo desesperada por las escaleras para saber qué era lo que estaba pasando, Clara que había escuchado todo, no sabía cómo decírselo y simplemente le dijo que se dirigieran de nuevo a la habitación no sin antes decirles a los guardias que duplicaran la seguridad de todo el reino.
Estaba confundida, aturdida por lo que le pudo haber pasado a su padre. No merecía morir de esa manera, nadie merece morir de esa manera. Lagrimas salían sin parar, su rostro se había enrojecido, su pecho dolía y no tenía la menor idea de que pasaría si no aparecía y el solo hecho de imaginar que se encontrara su cuerpo sin vida la volvió débil y vacía. Su cuerpo no le daba para más, se detuvo, al mirar con claridad se encontró en una parte del bosque que no reconocía, los arboles estaban florecidos, las flores hermosas que hacían más llevadero su dolor, escucho el crujir de unas ramas a escasos metros donde se encontraba, giro rápido y nerviosamente su cuerpo, Ziva la estaba mirando detenidamente y de inmediato percibió el dolor de Melek.
– Melek...–se aventó sobre ella y lloro sin control. Ziva se echó para permitirle estar cómoda– Todo estará bien, cálmate.
– Nada está bien Ziva, nada –dijo en voz ahogada y doliente.
– Claro que sí.
Escucharon una voz lejos y a la vez cerca.
Se levantó limpiando su rostro y mirando a todos lados – Quién eres.
Pregunto sin oír respuesta mientras paso una gran brisa y las ramas de los árboles se estremecieron.
– Aún no es momento de que llores por ese dolor, salvaste tanto con tú luz que el cielo y lo que los seres humanos son ciegos a ver, están tan agradecidos contigo que prometieron tener a los que más quieres junto a ti el tiempo más extenso posible.
Pudo identificar de dónde provenía la voz y se fue acercando lentamente, de un árbol apareció una mujer, sin duda alguna hermosa, tenía unos ojos radiantes, una sombra rosada delineaba todo el contorno de ellos, unas largas pestañas los protegían, sus cejas daban a su rostro una serenidad, su cara radiaba, solo eso podía ver, porque su rostro estaba cubierto con un trapo negro claro y, tenía un vestido color blanco.
– ¿Quién eres? –volvió a preguntar.
– Es Anjana –aclaro Ziva levantándose.
– Quién...
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El Secreto Del Bosque©
ParanormalLA OSCURIDAD NO SIEMPRE ES ETERNA. Sólo le hace falta el Epilogo. -Historia totalmente mía. -Prohibido copiar. -Prohibido adaptar. -Todos los derechos reservados©