Meses atrás tenía alegría de volver a Europa, esperando poder escapar de un compromiso y ahora que se encontraba de nuevo en la tierra donde nació no pensó que estuviera llena de misterios, cambiando su vida para bien o posiblemente todo pueda llevar al mal. Hay una forma de saberlo, una única forma, aceptar el destino de la Elegida.
Se encontraba muy aturdida por la última visión que tuvo de sí misma. Si pensaba que eso era lo pero que podía pasarle. Estaba equivocada. Aun le faltaban cosas por saber y decisiones que tomar para no salir lastima al final del largo descubrimiento.
Despertó, Ziva no se encontraba, sobre la cama había una bandeja con cáscaras de naranja llenas de fruta y a su lado un tenedor plateado, se acomodó la bandeja en las piernas y comenzó a ingerir aquella apetitosa fruta. Un ruido la hizo dejar de comer y asomar la cabeza, Ziva se paseaba de un lado a otro, preocupación vibraba de su ser, sintió su mirada y gruño informándole que bajara, descendió colocándose el saco de lana, no estaba haciendo frió como la tarde anterior aun así la nieve ya yacía dentro del bosque por completo. Sobre ellos el cielo estaba hermoso en ese momento para los ojos del mundo. Ziva se quedó observándola fijamente y ella poso la mirada en sus ojos azules, sintió sumergirse por un momento, un choqué mental impidió ir mas halla.
– ¿Qué pasa? –se tocó la cabeza al sentir una punzada.
– Está pasando algo grabe en el castillo –su voz sonaba lo más tranquila posible– No puedes verlo.
– ¡¿Qué?! Ziva quiero ver por favor.
– Habla con él, es importante que sepas lo que sucede. –esas palabras la alertaron. No se estaba negando, estaba deseando que lo supiera.
– Tan grave es.
– La noche tiene doce horas y el día igual. En un sueño todo comienza a multiplicar.
– ¿Qué quieres decir con eso?
No tuvo respuesta alguna, aulló indicando que debían marcharse de ese lugar.
Durante el camino se preguntaba a donde se estaban dirigiendo, la preocupación estaba latente en ella. Ziva detuvo su paso frente a un gran árbol, lo recordó de sus sueños. Camino por delante de la loba, posiciono sus manos sobre el como la vez anterior, en ese mismo momento el árbol se abrió y un pequeño brillo surgió desde su interior, dentro del salió un hermoso pájaro verde con un brillo que daba distintas tonalidades en su cabeza, en la cola tenía tres largas plumas, en sus puntas tenía un peculiar brillo, su pico era de un negro intenso, tenía grandes garras y en sus ojos una mirada bacía, cuando creyó ver de qué color era se tornaron negros. El ave salió y el árbol a sus espaldas se cerró dejando un brillo sobre su tronco.
– Al fin estas aquí como debía ser.
Inmediatamente reconoció esa voz.
– Eres tú...
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El Secreto Del Bosque©
ParanormalneLA OSCURIDAD NO SIEMPRE ES ETERNA. Sólo le hace falta el Epilogo. -Historia totalmente mía. -Prohibido copiar. -Prohibido adaptar. -Todos los derechos reservados©