¹New Blood - TVD【✔】Terminada

❀ Extra - N°2

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NUESTRO PASADO

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Más de 1000 años antes...

—¡No! ¡Auxilio! —gritó una mujer, pidiendo ayuda a la mitad de la noche.

Todos en la pequeña aldea estaban durmiendo después de una fiesta de celebración.

La única que pudo escuchar fue una niña de cuatro años, quien se levantó de su cama y miró que su madre no estaba con ella. Era bastante despierta para su tan tierna edad.

Se puso los zapatos y salió a buscarla de su hogar. Camino hacia donde había escuchado los gritos de ayuda hasta que se callaron. La desesperación de no encontrar a su madre comenzó a alterarla. De pronto, volvió a escuchar los gritos de ayuda, era de su madre.

—¿Mami? ¡Mami! —la llamó, llegando a una zona rocosa de su aldea y vi una terrible escena, a su madre en el suelo con un hombre encima ella— ¡Déjala! ¡Le estás haciendo daño!

—¡Vete niña! —le grito el hombre molesto que lo haya visto la niña.

—Mi amor... —habló a su hija llorando.

La niña se quita su pulsera que le impedía hacer magia y lo alejo de su madre con telequinesis. Como aún no sabía manejar su magia lo empujó con fuerza. El hombre grito y cayó al suelo. Inmediatamente se levantó su madre y fue a ver a su niña. Le puso la pulsera de nuevo en su muñeca.

—¿Estás bien, mami? Ese hombre malo no te va a lastimar más —dijo la niña inocente y feliz de haberla ayudado.

Madre e hija se abrazaron, hasta que su madre le dijo a la pequeña que se quedara ahí. Se acerco a ver al hombre que intento abusar de ella.

Estaba muerto.

—Mami, no me siento bien... —le dijo la pequeña temerosa y cayó de rodillas al suelo. Rápidamente la mujer regresa con su niña—. Mami... ¡Mami, me duele!

—Tranquila, Mikela. Todo va a estar bien, es natural te lo expliqué hace tiempo —le dijo la mujer para tranquilizarla.

Cuando la niña levantó la mirada, sus bonitos e inocentes ojos azules eran ahora amarillos como los de una bestia.

Catorce años después...

(Lugar desconocido, antes de ser Mystic Falls)

Estaba mirando el cielo nocturno viendo la luna en su máximo brillo como las estrellas.

Sabía que no debería estar aquí porque en las noches más bellas, las bestias de cuatro patas salen a ver la luna también. Para evitarlos me subía a las copas de los árboles de las ramas más fuertes. De pronto, escuchó un susurro.

—Mikela, baja de una vez — escuche de pronto la voz de uno de mis hermanos mayores adoptivos llamándome.

Era Niklaus, yo prefiero llamarlo Klaus y mientras mi otra hermana menor adoptiva Rebekah decirle Nik. Ambas tenemos una pequeña especie de rivalidad que se formó durante años.

—Los licántropos están cerca.

—Bien, bajaré —dijo en voz baja y bajo del árbol con cuidado.

Hasta llegar al suelo donde la esperaba Klaus. Él tiene una larga cabellera rubia y ojos azul verdosos, tiene unos cuatro años más que yo. Le lanzo una mirada seria.