Inestable [FrandralxLoki]

❃Capítulo 17

Azorado, Thor atacaba a cuanto gigante osaba poner un paso en dirección hacia él. Dentro de los muros helados se había iniciado una encarnizada lucha a causa de la ira del dios del trueno, resultado que Laufey permitió por diversión propia ahora que veía su malicia ser saciada con el cuerpo carente de vida del grandísimo Padre de Todo. Y decía 'grandísimo' con total ironía, ya que por su parte, Odín había sido el único enemigo digno que había tenido a lo largo de sus milenios. Y hoy por fin, el destino sonreía exclusivamente para él.

Loki seguía inmóvil, incapaz de mover un músculo de su cuerpo al encontrarse dentro del disfraz que quería ver el rey de Jotunheim. Aún si se atrevía, con la excusa de pelear al lado de los gigantes de hielo, seguro que Laufey no le permitiría correr hacia un daño seguro. ¿Qué debía hacer en esos momentos? Había dictado falsa fidelidad y ahora veía asgardianos caer uno por uno. Fandral se encontraba entre los que aún seguían de pie, pero nadie podía confiarle que su bienestar estaba asegurado. Echando una mirada furtiva y llena de resquemor, vio los ojos ardiendo de un rey de crueldad ilimitada. ¿Dónde estaría el límite de sus satisfacciones? Laufey era esa especie de sujetos que no debían salirse con las suyas, y Loki haría lo imposible por no ver esa sonrisa triunfante en su rostro.

— Desperdicias tus fuerzas, muchacho —habló Laufey, muy entretenido con la guerra que había desatado, pero más aún al ver al hijo de Odín querer llegar hasta él.

— ¡Vengaré la muerte de mi padre! —bramó Thor después de lanzar un jotun con su martillo fuera de su camino, aunque no importaba cuanto golpeara y quitara de en frente, seguían apareciendo más y más, impidiéndole llegar hasta Laufey. Y lo peor era que tenía que ver la victoria proclamándose en la expresión del gran jotun cada vez que un gigante de hielo lo embestía para hacerlo retroceder.

Thor estaba más que enfurecido, un nivel que nunca antes había alcanzado a tal grado. El rubio quería tomar venganza por su padre, quería destrozar el cráneo de aquel que bajo ningún motivo debía llamarse rey con acciones tan sórdidas. No obstante, la imagen que colmó su ira fue la de Loki, quien pequeño al lado de Laufey, no poseía ninguna pizca de perversidad que antes había proclamado. Fue ahí cuando la rabieta empezó, con la empedernida intención de no permitir que Loki estuviera en las manos de Laufey ni un segundo más.

— ¡Thor! —más que asustarse, Loki quedo angustiado. Los ojos de Thor resplandecieron en una chispa eléctrica. Nunca había visto a su hermano así, teniendo el presentimiento de que no vendría algo bueno dada la fiereza del poder que emanaba de él.

Antes de que un enorme rayo arremetiera y trajera abajo parte del castillo de hielo, Loki corrió lejos de la cercanía de Laufey, justo en la dirección de Fandral. Todo se iluminó, cegando a los presentes y, posteriormente, todo azotó con el estruendo del rayo. El azabache no había alcanzado a llegar, haciéndose bolita al instante y elaborando un escudo protector encima suyo con su magia. La mayoría de la contrición se había caído en ruinas, había bloques de magnitudes grandes y pequeñas, creando el campo de batalla en una especie de desordenado laberinto.

— ¡Fandral! —gritó con el aliento agitado, con el temor de que pudiera quedar atorado bajo algún bloque de hielo. Tal vez pudo haberse movido con mayor rapidez y agilidad si no hubiera cargado con aquel vientre.

Corriendo y escabulléndose por las varias secciones en las que parecía que se había dividido el campo de batalla, encontró gigantes de hielo bajo columnas o muros, al igual que asgardianos que ni siquiera pudo ayudar en la desesperación de encontrar a Fandral. No se preocupaba por Thor debido a que el hielo seguía retumbando, dandole razón a que seguro su hermano se encontraba peleando con Laufey al otro lado de la. imponente pared de escombros que se había formado.