❃Capítulo 11

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— Padre, cualquier movimiento es arriesgado —insistió Thor.

— Lo único arriesgado es no hacer nada —sentenció Odín con voz firme, dejando que su único ojo mirase a Thor con dureza.

— ¿Y no es lo que hemos estado haciendo? —la mano de Thor se dejó caer abruptamente en la mesa del centro—. Estuvimos preparados, pero un tercer ataque podría llegar en otras dimensiones.

— Y como futuro rey, ¿qué sugieres tú para salvar a Loki? —retó Padre de Todo, sosteniendo aquel cetro en su costado como si la guerra pudiera estallar pronto. Pero era un hecho, algo se aproximaba, y no hacía falta ser listo para entenderlo.

Las puertas se abrieron sin permiso alguno, siendo el ambiente alterado por el chasquido continuo de las armaduras que portaban los individuos.

— Pedimos audiencia, su majestad —pronunció un guardia de expresión seria que lideraba aquel grupo.

Thor se giró con clara inconformidad, mientras que Odín permaneció ecuánime.

Jotunheim no era el único problema.

Duros golpes en la puerta. La mano de Fandral se tensó sobre la pálida piel de Loki, pero antes de que alguno de los dos llegase a reaccionar al llamado, la puerta se abrió.

— Tienen que irse —Heimdall se había tomado la molestia de venir. Era una emergencia y, lamentablemente, la conspiración se había formado a escondidas de sus ojos hasta hace poco.

Fandral ya se encontraba de pie. Su rostro nada tranquilo expresaba lo que había temido muchas semanas atrás. Volvió la vista a Loki.

El joven de tez nívea sostenía su enorme vientre, regresando un asentimiento a Fandral. Era hora de ejecutar un propio plan.

— Es una traición, su majestad —exclamó el guerrero con seguridad—. Usted no lo quiere ver así porque lo crió como su hijo, pero desde que lo mandó a Jotunheim los gigantes de hielo han logrado invadir nuestro territorio. Tiene que hacer algo con ese jotun —aquella ultima palabra salió con un tono despectivo.

— ¡Que se sellen tus labios! —Padre de Todo gritó molesto—. Nadie osara hablar así del príncipe Loki. Él pertenece aquí sin importar sus orígenes.

Thor quería tomar aquella palabra, su rostro casi enrojecía del enojo. No podía creer que aquellos se dejaran llevar por una suposición tan banal. Empuñaba fuertemente su martillo, dispuesto a aplastar aquella lealtad de los guerreros que era una completa bazofia.

— Es por el bien de Asgard —repuso el guardia, desenvainando su espalda ante el rey.

Fandral cabalgaba por el gran puente del Bifrost, teniendo a Loki protegido entre sus brazos.

— A Jotunheim —dijo Loki, acariciando su abultado vientre antes de que su vista se fijara enfrente de la parada. Estaba consciente de lo que sucedía, y casi seguro de que podrían librar aquella intemperie.

Escuchar el destino al que quería llegar Loki le hizo sentir un escalofrío por su espina dorsal. No estaba seguro, pero sin ningún plan más que el de escapar, se decidió guiar por el audaz pensamiento de Loki.

— Loki es un aliado del rey de la tierra helada

— Acusaciones falsas merecen castigo —repuso Thor mientras golpeaba a su contrincante con su frente, haciéndolo retroceder.

Se había armado todo un revuelto en la sala real. Guardias que confiaban en la decisión de Odín y otros que cayeron en la necesidad de alejarse de la fidelidad del reino. Todos luchaban por el mismo bien mas con diferentes consecuencias.

— Tú también caíste, príncipe Thor —sentenció el líder de los guerreros mientras volvía a recobrar el equilibrio—. No podemos permitir que la sangre real se mezcle con la de un jotun. Te dejaste seducir por él. Loki morirá junto con lo que lleva en el vientre.

— ¿Disculpa? —el desconcierto no pudo evitar que recibiera un azote en el rostro con una lanza, siendo el producto una herida en su mejilla.

Antes de que el dios del trueno pudiera contraatacar, Odín ya había tirado al guerrero al suelo con el poder de su cetro.

— Ve a buscar a Loki —dijo Odín con tono preocupado, agitado por haber estado combatiendo con guardias que se resistían a razonar y venían muy seguros a hacer toda una revolución.

Thor asintió seriamente, tirando un par de guerreros con su martillos a su paso para poder salir de la sala y dirigirse a los aposentos de su hermano.

«Será mejor que cuides de él, Fandral» pensó mientras corría a toda prisa. 

La habitación ya se encontraba con la puerta entreabierta, siendo su horror el entrar y ver el vestigio de la destrucción. Todo estaba desordenado, y había unas cuantas cosas rotas.

Antes de entrar en pánico, Thor volvió sobre sus pasos dirigiéndose a toda prisa a alguna solución. En el pasillo había guerreros que corrían en dirección a la sala donde había estallado la conspiración violenta, encontrándose de paso a Sif y Hogun.

— Busquen a Loki. Tenemos que encontrarlo, protegerlo —ordenó Thor a sus guerreros de confianza y amigos.

— ¿Y Fandral? —inquirió la mujer guerrera.

— No sé. Quiero confiar en que aún tiene a Loki a salvo.

— ¡Thor! —la voz de Frigga interrumpió en el amplio pasillo, acercándose a los guerreros con la escolta de Heimdall.

— Madre —se volvió Thor, con la vaga esperanza de que ella estuviera con la compañía de Loki, no obstante, no era así. Al ver a Heimdall, incrementó su tensión—. No nos avísaste a tiempo.

— Lo hice, su majestad —dijo el moreno con aquella voz profunda—. Pero avisarles a ustedes hubiera sido una pérdida de tiempo.

Un destello logró verse por el ventanal al lado, llamando la atención de los presentes.

— ¿A dónde? —inquirió Thor con sus intensos ojos azules clavados en la banda luminosa que salía del puente Bifrost.

— Jotunheim.

Inestable [FrandralxLoki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora