•Solo uno•

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-Dije que no. Ni siquiera lo intentes.- Decía Felix, empujando a Changbin lejos de él.

-¿Por qué? Déjame darte, aunque sea, un besito.- Rogaba.- Uno. Solo uno ¿Por fis?-

Esto era difícil para el rubio.
Necesitaba estudiar para su examen de trigonometría. Le iba muy mal en esa materia y su única salvación era esa infernal evaluación. Sin embargo, el atrevido chico al lado suyo no paraba de distraerlo con sus cariñitos. Por esto, el menor lo castigó, privándolo de muestras de afecto en lo que él estudiaba.
Pero no estaba funcionando.
Para empezar, Changbin no se había callado ni un segundo desde que la condición fue establecida, tratando de llegar a un acuerdo que favoreciera a ambas partes y para rematar, Felix ya comenzaba a extrañar su toque.

Ansiaba besarlo, abrazarlo y...

No.

Tenía que estudiar.

Es-tu-diar.

-¡Solo uno, Por favor! Estoy sufriendo aquí, niño.- Para este punto, el de cabello oscuro ya estaba arrodillado frente al sofá en el que encontraban él y su... casi pareja, juntando sus manos en forma de suplica, como si de un Dios se tratase.

Se rindió.

Felix hizo una señal con su mano para que el otro se acercara y disminuyó la distancia entre ellos. -Está bien... Solo Uno. Uno, nada más, Changbin.-

Fue uno.

Y otro.

Y otro...

Y...

¡No! Tenía que estudiar.

-¡Aléjate de mi, engendro del demonio!- Gritó al darse cuenta del hechizo en el que había caído, alejándose del, ahora satisfecho, muchacho.- ¡Mentiroso! Dijiste que sería solo uno.

-¡Lo siento, me distraje!- Respondió, alzando los brazos, insinuando que era inocente.- Pero te gustó, yo lo sé.-

-Siempre...- Musitó, en un tono inaudible para la raza humana.

-¿Qué dijiste?- Preguntó el mayor, desconcertado.

-Nada.-

Changbin sonrió pícaramente.-Dijiste algo como: "Siempre me gusta." o "Pues obvio." o "¿Cuando no?"- Adivinó, abrazando al rubio por detrás y posando su cabeza en el hombro del chico, siguiéndolo, mientras este se paraba e iba a la cocina para buscar un bocadillo.

-Nunca lo sabrás.- Replicó, volteando su cabeza levemente para sacarle la lengua y acariciando las manos de los brazos que rodeaban su cintura.

-~-~-~-~-
En algún otro lado del mundo...

Toda la "familia", excepto los dos tórtolos, se encontraba reunida en un café, habLando de diferentes temas.

-Hey niños, pásenme las llaves de la casa de Felix.- Ordenaba Minho a los demás chicos en la mesa.

-¿Niños? Chan y yo somos mayores que tú ¿Cierto, Channie?-

Chan asintió.

-Ash, bueno. Chan, Woojin y niños, pásenme las llaves de la casa de Jack Frost.- Corrigió. (Referencia a su tinte actual :v)

-¿Por qué, hyung?- Preguntó Jeongin.

Jisung decidió ser el que contestaba. -A ver, lo que pasa es qu- -Más fue interrumpido.

-¡Silencio!- Exclamó Hyunjin, tapando la boca de Jisung.- No serás corrompido por estas sucias almas. Alejaos de él, malvadas criaturas.- Bromeó, abrazando al niño de manera protectora y ganándose la mirada discreta pero perfectamente disgustada de Seungmin. No se habían arreglado del todo, pero los sentimientos de ambos estaban muy claros.

Hyunjin soltó a Jeongin lentamente.

-A ver, niño, todos sabemos que Jeongin es un bebé. No vamos a explicarle.- Replicó Minho. El menor de todos bajo la cabeza e hizo un puchero, pero fue ignorado por Minho. -Ahora sí, pasen las llaves.-

Como por obra del destino, todos habían traído el dicho objeto consigo y lo entregaron a Minho.

-Gracias, están apoyando una buena causa, mis niños, Chan y Woojin.-

¿Qué estoy haciendo? :/

Incondicionalmente - Changlix - Stray kidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora