Andrea
Oliver murió ese viernes...
Okay no, chistín xD CHISTÍN *la matan* JAJAJAJAJJAA Perdón.
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Andrea
La sala de espera de la clínica tiene suficientes sillas, en una estoy yo, en otra mamá, en la continua a esa Magda; pero de pie, caminando de esquina a esquina, se encuentra Karin. Parece ser la única al tanto de todo y aunque le insisto no ha querido sentarse. Byron está adentro con Oliver.
—¿Cuándo empezó? —Le pregunta mamá a Karin que parece agradecer ocupar su atención en algo.
—No tengo idea, cuando lo conocí vi los síntomas pero no le di importancia hasta que tuvo un episodio en la universidad —dice. ¿Un episodio?—. No quería ayuda pero insistí, visitamos un médico que general, que luego nos envió con psiquiatra y este revisó la historia clínica de Oliver. Él ya había intentado tratarse.
—Lo llevamos con un psicólogo cuando pasó lo de su papá —cuenta Magda—, pero no lo medicaron. No... —Comienza a llorar—. No recuerdo que...
—Eso fue después —explica Karin—. Una maestra lo llevó con amigo psicólogo.
—¿Una maestra? —pregunto.
—Sí, ella... No recuerdo el nombre.
Miro con duda el piso.
—¿Su apellido era Pratt? —dudo.
Karin respira más tranquila.
—Sí. Ella... Pratt.
¿La señora Pratt llevó a Oliver con un psicólogo?
—Fue quien me convenció de meter a Oliver a la preparatoria —cuenta Magda—. Antes estudiaba en casa.
Eso lo recuerdo.
—Experimentó sentimientos de soledad, abandono —Karin mira con culpa a Magda por tener que contar esto—, falta de energía, ningún interés en especial... Depresión. Le trataron muchas cosas.
Magda lleva una mano a su pecho. —Él no estaba deprimido, él...
—No salía de su casa —La confronta Karin—. Oliver me platicó que esa señora empezó sacándole a hacer las tareas al patío trasero, después lo llevó a un parque... De esa experiencia recuerda que vieron a un muchacho paseando a su perro, se acercó a saludarlos y la señora Pratt animó a Oliver a acariciar al perro pese a que sentía miedo de que este lo fuese a morder. Oliver no olvida que respiró fuerte, su ritmo cardiaco se aceleró y la sensación de que el perro lo iba a morder continuó incluso cuando este se marchó.
—No sabía eso —dice Magda.
—Y la señora, al ver lo difícil que también resultaba para él compartir con más gente, empezó a llevarlo a cafeterías, centros comerciales... Oliver primero se sentía incómodo pero aprendió a manejar el miedo. Dice que vivía con la constante preocupación de algo malo fuera a pasarle —Entre más habla Karin más llora Magda—. Esa maestra platicaba con él... Se hicieron amigos. La única amiga que tuvo tu hijo hasta su adolescencia fue una mujer de setenta años, Magda.
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La buena reputación de Oliver Odom ©
RomanceLa Reputación #2 CONTINUACIÓN de La mala reputación de Andrea Evich, también disponible aquí en Wattpad. Es importante leer esa historia para comprender el contexto de esta (: La encuentras escribiendo el nombre en el Buscador o entrando a mi perfil...