Prólogo.

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Noche del 14 de Marzo de 2016, Oscorp...

- Muy bien doctor, comencemos con los experimentos.- dijo una enfermera colocándose bien sus guantes.

- Muy bien. Comencemos con el análisis corporal del sujeto. ¿Nombre de dicho sujeto?- preguntó el doctor, un hombre robusto, con el pelo corto, y con gafas.

- Alistaire. Alistaire Smythe.- contestó la chica.

- Bien. Señor Smythe, ¿me oye?

El cuerpo de Smythe, el cual estaba cubierto por una fina sábana, comenzó a moverse lentamente. Estiró el brazo, cerró el puño, y lo dejó caer.

- Lo tomaré como un sí. Señor Smythe, quiero que sepa que yo, Otto Octavius, voy a realizar experimentos con sus... "modificaciones". ¿Se niega usted a ello?

- Que... te jodan, Otto...- dijo Smythe casi en un susurro.

- De acuerdo entonces. Comencemos con la fase 1.- Octavius se puso sus guantes, agarró unos bisturís y se acercó a Alistaire. Este, comenzó a gritar. De la camilla caían pequeñas gotas de sangre.

Noche del 23 de Abril, Oscorp...

Alistaire estaba tumbado en la camilla, respirando costosamente. Un fino hilo de sangre caía por su brazo mecanizado. La sala estaba oscura, pero no demasiado. Otto entró en la sala, se sentó a su lado, y sonrió.

- No es nada personal, Smythe. Pero debo hacerlo por la comunidad científica.

Smythe se quedó callado.

- ¿Acaso crees que disfruto con esto? ¡¿Acaso crees que no siento nada por ti, tú que fuiste una vez mi socio?!- Otto se puso en pie. Agarró un bisturí y se lo clavó en la mano a Alistaire. Este, hizo un gemido de dolor.

- Deberías... Agh... Deberías haberme matado...- dijo casi en un susurro.

Otto abrió los ojos. Smythe sonrió. El doctor voló hacia la puerta, destrozándola y cayendo al suelo, herido. Smythe se acercó a él, se agachó y le agarró del cuello.

- ¿Qué se siente al no poder defenderte? ¿Qué se siente al ser tan inútil? ¿Qué se siente al saber que tu familia va a morir?- Smythe lanzó una carcajada al aire.

- N-no te atrevas a...- Otto fue interrumpido por un puñetazo del Mata-arañas. Le había roto una costilla.

- No he dicho que hables. Vamos a pasarlo muy bien tú y yo, ¿verdad, viejo amigo?

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- Por favor... No le hagas daño...- pronunció Octavius con lágrimas en los ojos. La sangre emanaba de su nariz. Estaba completamente rota.

Smythe agarraba del cuello de la camisa a una mujer morena, de unos 40 y pocos años. Ella lloraba y trataba de forcejear para poder zafarse del lunático.

- Dime, Octavius. ¿Es esto ahora algo personal? Puedo hacerle lo mismo que me hiciste tú... O puedo matarla sin sufrimiento. Tú eliges, Otto. Pero, si no te das prisa, mataré a tu hijo también. ¿Y bien, cuál será tu decisión?

- No... Por favor...- Otro agachó la cabeza, llorando.

- ¡Otto, ayúdame! ¡Ayúdame, por favor! ¡No quiero morir!- gritaba entre sollozos la mujer.

- Tienes 10 segundos más, Otto. Diez putos segundos.- Smythe la tiró al suelo, y agarró la cabeza de la mujer.- Elige o el chico se irá con ella.

Otto, llorando, miró al niño, el cual estaba llorando en una esquina. Luego, miró a su mujer, la cual estaba aterrorizada. Cerró los puños, y gritó:

- ¡¡ESTÁ BIEN!! ¡Que no sufra, por el amor de Dios, que no sufra!

Smythe sonrió.

- Bien, Octavius, muy bien. Pero has tardado 15 segundos en decidirte.

Un brazo mecánico salió de la espalda de Smythe y atravesó el pecho del niño. La sangre caía a borbotones contra el suelo. Otto gritó. La mujer dió un chillido muy alto, y Smythe le tapó la boca. Otto corrió hacia él, pero Smythe le paró clavando uno de sus brazos mecánicos en su rodilla. El tipo cayó al suelo, frente a su mujer.

- Pobre chaval. Tenía mucha vida por delante. Y la ha perdido por un error estúpido de su padre. Observa bien, Otto. No quiero que te pierdas esto.- dijo Smythe en un tono más serio.

Agarró la cabeza de la mujer con ambas manos, y retorció el pescuezo de esta. Un estruendo sonó en la habitación. Era su cuello, rompiéndose. De la boca de la mujer salió unas pequeñas gotas de sangre. Acto seguido, el cuerpo inerte y sin vida de ella cayó contra el suelo. Otto volvió a gritar.

- Esto ha sido por tu culpa. Esto no debería ser así. Esto... Lo has provocado tú.- dijo Smythe agarrando la cabeza de Otto.- Ahora... es la hora de que lleguen los tiempos más oscuros.

The Amazing Spiderman: Tiempos de oscuridad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora