The Amazing Spiderman: Tiempos de oscuridad.

~ 8 ~

Peter corría por una azotea, impulsándose con sus redes, y esquivando ágilmente los obstáculos que se ponían en su camino. Cuando llegó al límite de la azotea, saltó al vacío y lanzó una red hacia el lado derecho. El héroe comenzó a balancearse. Los rayos de luz del atardecer iban menguando poco a poco. Estaba anocheciendo.

- ¿Puedes verlo?

- Sí, le veo. Voy a encargarme de esto.- de las sombras surgió la silueta de un encapuchado montado en un transportador parecido al de Harry.

El tipo tenía una capucha rasgada de color naranja. Tenía unos ojos rojos, y podía distinguirse una gran sonrisa malévola. El tipo se colocó a una distancia moderada detrás del héroe. Metió su mano en una bandolera marrón, sacó dos esferas, pulsó un botón en ambas y las lanzó.

Spiderman sintió como su sentido arácnido le avisaba del peligro. Un peligro que estaba detrás suya. Giró en el aire, y lanzó un par de redes a las esferas, las cuales explotaron y lanzaron al héroe contra una pared.

Él se adhirió a ella sin problemas, miró a su alrededor, buscando al responsable. Su sentido arácnido se volvió loco. Esquivó un golpe proveniente de arriba gracias a su sentido arácnido. Saltó y disparó redes contra su adversario. Este, comenzó a gritar y a quitarse las telas de araña de la cara. Peter cayó en una azotea miró a la silueta enemiga, y gritó:

- ¡¿Harry?! ¡¿Cómo has conseguido escapar?!

Su contrincante se arrancó las redes, miró al héroe y dijo entre risas:

- Lo siento, insecto, pero no soy Harry Osborn. Yo soy el Duende, y vengo a recuperar algo que le pertenece a Kingpin.- El tipo señaló al héroe.

Peter miró su traje. Sabía que eso era lo que Kingpin necesitaba, y que estaba dispuesto a matarlo si no se lo entregaba. Pero también supo que él podría proporcionarle respuestas.

- ¡Pues ven por él! ¡Tendrás que arrancarlo de mi cadáver!- Spiderman lanzó un par de redes al pecho de su enemigo. Tiró con fuerzas de ellas, y se impulsó alcanzando una gran rapidez. Golpeó el rostro de su enemigo con una fuerte patada, y después se pegó a la pared.

El Duende miró a Spiderman, riéndose, y le golpeó en la mandíbula con el puño derecho, mientras que con su izquierdo le golpeó en el costado. Luego, agarró a Spiderman del cuello, estampó la cara del héroe contra la cristalera, y ascendió con rapidez arrastrándole por toda la cristalera. Tras esto, lo separó de la pared y lo lanzó al vacío.

«Vamos Peter, reacciona. ¡Reacciona! Lanza un par de redes y vuelve a recomponerte!»

Spidey lanzó una red, se aferró a ella con todas sus fuerzas y atravesó una ventana. Cayó de cuclillas, se llevó la mano izquierda a la cabeza y miró el lugar donde estaba.

Un hombre negro de mediana edad, vestido con una camiseta blanca y unos pantalones cortos azules, le estaba apuntando con una escopeta.

- Será mejor que guarde la munición para él.- dijo Spidey señalando fuera.

El tipo miró, apuntó con rapidez y disparó. El Duende, quién iba rápidamente hacia la casa, usó su transportador como escudo. Sin embargo, Spiderman saltó fuera, se agarró a él, y comenzó a darle una serie de puñetazos con su mano derecha. Ambas figuras caían al vacío mientras se daban golpes.

El Duende sacó otra esfera, pulsó el botón, y se convirtió en una cuchilla. Sin dudar ni un segundo, se la clavó al héroe en la pierna, quién gritó de dolor y soltó a su enemigo. Spidey se agarró a una cornisa con la mano izquierda. El Duende consiguió escapar de la caída.

La figura del héroe estaba sujetada a la cornisa con una sola mano mientras que con la otra se quitaba la cuchilla de su pierna derecha. Cuando pudo arrancar la cuchilla, la clavó en la pared, disparó una red a la herida, y comenzó a trepar.

Cuando estaba en el techo, observó cómo la parte rajada del traje se unía de nuevo. Peter se quedó sorprendido.

- Bueno, héroe, es hora de que acabemos con esto.- dijo el Duende, quién había salido de la parte inferior de la calle. Los enemigos se situaban enfrente uno del otro.

- Ven a por mí, gilipollas.- dijo Peter.

- Será un placer, insecto.