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Eran las 3 A.M. Spidey se balanceaba de camino a la torre Fisk con Daredevil, quien corría por los tejados de los edificios con suma rapidez. Los dos héroes se movían con desenvoltura. Spiderman se impulsó con una de sus redes, y aterrizó sobre un conducto de ventilación, quedando de cuclillas sobre él. Daredevil se colocó a su lado, y ambos miraron al frente. Ahí estaba Industrias Fisk.

- ¿Algún plan, risitas?- dijo Spidey.

- Unos cuántos. Todos ilegales... pero efectivos. Da igual, ¿ves esa gran cristalera?- Daredevil señaló hacia lo más alto del edificio. Spiderman miró y asintió.- Ese es el despacho de Fisk.

- Lo sé, estuve ahí. Tengo malas experiencias de ese sitio. Lo que me sorprende es que hayan puesto los mismos cristales...- dijo Spidey en tono burlesco.

- Pues tú entrarás por ahí cuando te haga la señal. Yo me colaré dentro y...

- Creo que no te has dado cuenta de que esos cristales son anti-balas. Tendría que coger un gran impulso, y no puedo cogerlo desde esa altura.- afirmó Spiderman.

- Mierda... Déjame pensar algo.

- Escucha, Daredevil, ¿qué tal si seguimos tu plan, pero en lugar de romper esa ventana, me cuelo por los los conductos de ventilación? El plan seguiría siendo el mismo, ¿no crees?

- De acuerdo. Separémonos.- comentó Daredevil.

Los héroes se separaron, cada uno por sus respectivas "entradas".

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«Mierda, ¿qué hago aquí? Debería estar buscando a ese lunático de Octopus... O en mi camita, soñando con donuts. Qué ricos están los donuts...»

El héroe avanzaba por los conductos, gateando, mirando cada sala en busca del despacho de Kingpin. Tras varios minutos, acabó en un laboratorio, el cual estaba bien iluminado.

«Bueno... Aquí es donde acaba el conducto de ventilación. Tendré que buscar el despacho de Fisk desde dentro... Voy a deshacerme de las cámaras de seguridad.»

Spidey salió poco a poco del conducto, observando cada cámara para asegurarse que ninguna le veía. Tras esto, comenzó a lanzar redes a dichas cámaras, y les tapó la visibilidad. Un problema menos.

Cuando bajó, observó aquel laboratorio. Se preguntaba qué haría allí un laboratorio de química. Anduvo por aquél sitio observando cada cosa. De repente, vio algo que le llamó la atención. Era una especie de líquido viscoso de color negro. Nunca había visto algo así. Lo agarró con ambas manos y lo miró por largo rato. Era algo que nunca había visto.

«Esta cosa parece tener vida. Es impresionante. Si Fisk se dedicase a esto, y no tanto al crimen, sería un genio.»

De la nada, una luz enfocó al laboratorio. Spidey, gracias a su sentido arácnido, saltó hacia el techo y se adhirió a él. Sin embargo, el bote donde estaba esa cosa negra cayó al suelo y se rompió. Un guarda de seguridad entró, alarmado.

- ¿Quién anda ahí? Sal, o llamaré a la poli. Tengo un arma, ¿sabes?- dijo.

Spidey se quedó callado y lo más quieto posible. La sustancia comenzó a moverse velozmente hasta adherirse a la pared, ocultándose de la vista del héroe y del guardia de seguridad. Luego, comenzó a trepar hasta ponerse en la suela del héroe, sin que él se percatase de ello.

Cuando el guardia comenzó a mirar los cristales rotos, Spiderman aprovechó para salir y ponerse en camino al despacho de Kingpin.

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Daredevil se puso a escuchar detrás de la puerta. Oía a Kingpin hablar con alguien. Oyó algo de 10.000 dólares. Sin dudarlo ni un momento más, abrió la puerta de par en par, lanzó una de sus barras rojas, la cual le dió a Fisk en la frente, y gritó:

- ¡Es hora de que pagues por tus actos, Fisk!

El héroe saltó a por él, pero alguien le interceptó y lo estampó contra una estantería. Era Smythe.

- Creo que alguien a dicho que era hora de que Fisk pagase. Y tienes razón. Me pagará a mí.- dijo sonriendo el Mata-arañas.

Daredevil apretó los dientes, cerró su puño, y golpeó con fuerza a su adversario en la cabeza. Acto seguido, le pateó el pecho, y se puso en pie de un salto. Este, silbó con fuerza. Kingpin le propinó un fuerte puñetazo en la cara, lanzándole por los aires hasta una pared contra la que chocó. Daredevil estaba aturdido. Kingpin levantó el puño derecho de forma amenazante, pero una red salió de la puerta principal, agarrándole el brazo.

- ¿Enserio vas a aprovecharte de una persona que no puede pelear?- dijo Spidey saltando y dándole una patada en el pecho.

Kingpin retrocedió un par de pasos, frunciendo el ceño. El Mata-arañas se levantó, miró al héroe y sonrió.

- Pero mira a quién tenemos aquí... ¡Es Spiderman!- dijo Smythe sonriendo.- Seguro que me has echado de menos.

- ¡¿Qué haces tú aquí?!- gritó Spiderman.

- Cerrar unos negocios, insecto asqueroso.- dijo Fisk colocándose bien su traje blanco como la nieve.- Pero parece que tu estúpido amigo de rojo ha querido interrumpir nuestras... Negociaciones. Aléjate de él, y sabré recompensarte.

Peter miró a Daredevil. Estaba sangrando por la boca, y apenas se mantenía en pie. Cerró el puño con fuerza, y exclamó:

- ¡Lo siento, pero me temo que no!

Spidey saltó sobre Fisk, golpeándole en el pecho. Kingpin, de una forma muy rápida para su corpulencia, le agarró el brazo, y lo estampó contra su escritorio, partiéndolo en dos. Daredevil, apoyado en la pared, esperó el ataque de Smythe, quién se lanzó a por él sin dudar. El héroe esquivó el ataque, y le golpeó en el costado un par de veces con sus puños. Luego, le pateó la cara, y golpeó su estómago con fuerza.

Spiderman lanzó varias redes a la cara de Fisk. Una vez estaba cegado, la araña aprovechó para tumbarle golpeándole los pies.

- ¡Já! Pareces Goliat, tío.- bromeó el héroe.

- Tú pareces estar en un serio problema.- dijo riendo Fisk mientras se arrancaba las redes de la cara.

Un brazo mecánico destruyó por completo el cristal. Peter saltó esquivando los cristales rotos, y observando al tipo que acababa de entrar. Era Octopus.

The Amazing Spiderman: Tiempos de oscuridad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora