Capítulo No. 03

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Edward despertó alterado y con una molestia en el pecho justo en donde su corazón estaba

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Edward despertó alterado y con una molestia en el pecho justo en donde su corazón estaba. Su alfa gruñía con molestía y terminó aventando a la rubia que dormía en su cama, Taylor su más grande molestia en ese preciso momento, salió de su cama en bóxer y se miró él pecho frente a un espejo que colgaba en la pared para comprobar si no tenía algún golpe en esa zona.

Ni un rasguño de las uñas de Taylor.

Algún moretón por su última pelea con Harry.

Nada.

Y su alfa no dejaba de gruñir molesto y furioso en su mente, como un animal salvaje. Estaba empezando apestar el lugar por su culpa.

Frustración, molestia, enojo, desconcierto.

¿Pero qué demonios le pasaba?

Antes de que él pudiera pensar en cualquier otra razón lógica para la sensación que le carcomía el pecho, Harry irrumpió en el cuarto, despabilado y semidesnudo. "¿También te duele el pecho?" le preguntó con el ceño fruncido.

Si los dos estaban sintiendo él mismo dolor eso tendría que significar que a Marcel igual le dolería el pecho, ¿no?, no solo eran trillizos, ellos estaban conectados más allá de lo familiar. Sus alfas estaban sincronizados casi como si fueran una misma pero aun así manteniendo sus diferencias muy notorias. Por ello mantenían una conexión tan fuerte.

Pero, ¿por qué les dolía precisamente en el pecho?

Suponiendo lo peor, corrió hasta donde se encontraba su pantalón, tomó su celular del bolsillo y le marcó a Marcel. Este contestó al tercer pitido.

"¿Edward?" la voz de Marcel sonaba agitaba y eso lo preocupó más. Su hermano podía estar en peligro y ellos estaban al otro lado del lago.

"¿Marcel, estás bien?, ¿no te pasó algo?, ¿por qué suenas tan agitado?"  para ese punto Harry ya se encontraba a un lado de él escuchando todo.

"Sí, estoy bien, muy bien, ¿por qué?" a Edward no le convencía nada de lo que decía Marcel, él aún sonaba un poco agitado, pero sabía que no le mentiría Marcel tenía más cordura y moral que ellos, aparentemente estaba bien, así que, ¿qué estaba haciendo?

Miró a su copia buscando alguna respuesta para eso aún con Marcel al teléfono. Harry no fue de mucha ayuda ya que sólo se encogió de hombros, estúpido pelo de unicornio, esperaba que el tinte no le hubiera destrozado el cerebro. Antes de soltar sus pensamientos en voz alta, decidió indagar en el problema que, parecía, sólo ellos dos tenían en sus sistemas.

"Marcel, ¿no te duele el pecho?,no como un dolor superficial, ¿no sientes una pequeña molestia justo en el corazón?"

"No, no para nada. ¿Es por eso que me hablaste?, ¿te sientes bien?" Marcel le preguntó con preocupación en su voz, todo rastro de la agitación que tenía se desvaneció.

¡Omega para tres!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora