Capítulo No. 10

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"Marcy, tengo miedo

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"Marcy, tengo miedo."

Miedo era poco, sentía pánico. Su omega se removía inquieto como si estuviera emocionado y a la vez temeroso, como si él supiera algo que Louis no. Y no sabía si eso era bueno o no.

Después de que Marcel lo dejó sólo, él pasó con su familia las festividades, aunque se había alegrado por reunirse de nuevo con sus padres aún sentía la ausencia de Marcel, en tan poco tiempo Marcy se había convertido en su todo. Sus padres notaron su estado y no dudaron en preguntarle a Liam y con eso poder comprender un poco más a su cachorro que parecía que le acababan de quitar toda su felicidad. Mientras que Zayn estaba con su familia almorzando con él en otro sitio para no interrumpir.

Los Malik y los Payne pasaban las festividades juntos desde que su hermano y su mejor amigo empezaron a salir hace cinco años. Juntos formaban una gran familia. 

Pero Louis no se había preparado para la llamada que recibiría a pocos minutos de media noche el veintitrés de diciembre. Gran momento para ellos dos.

"¿Hola?" murmuró ronco sosteniendo su celular cerca de su oreja y dejando salir un gran bostezo. Las llamadas lo habían interrumpido de un gran y profundo sueño, no iba a contestar pero después de la tercer llamada no pudo solo ignorarlo.

"¿Te desperté, bebé?" la dulce y ronca voz de Marcel lo despertó por completo. Su lobo dormido despertó igual empezando a lloriquear tratando de llamar a su alfa aún cuando este estaba al otro lado del río.

"¡Marcel!" chilló mientras se incorporaba, miró su celular para asegurarse de que no estaba alucinando, leyó el nombre del contacto 'Marcy' junto con un corazón y sonrió. Inconscientemente salió un ruidito de su pecho parecido a un ronroneo. 

"Sí, soy yo" una ronca risa se escuchó por su habitación y sintió su corazón palpitar con más fuerza. Controlar los ruiditos de su pecho estaba siendo muy difícil. "Perdón si te desperté, pensé que como tu cumpleaños sería en un par minutos estarías despierto, lo siento, gatito."

"No, no, no, esta bien, yo..." se mordió el labio y se preguntó qué tan desesperado sería decirle que lo había extrañado como un loco. No es momento de echarnos para atrás le gruñó su omega. "Yo extrañaba escuchar tu voz, Marcel" murmuró avergonzado y con las mejillas rojas.

"Oh, gatito, yo también extrañaba escuchar tu dulce voz" sus mejillas se calentaron más y una boba sonrisa se instaló en su cara, ¿o esa no estaba ahí ya?. "No solo tu dulce voz, extraño ver tu carita sonrojada, tus ojos zafiros que brillan como ningunos otros, extraño tu delicioso aroma a vainilla y avellanas" escuchó un resoplido o dos, no, seguro escuchó mal. "Pero sobre todo extraño tener en mis brazos y sentir tu cálido cuerpo junto al mío, gatito."

Una calidez inundó su pecho, se sentía laxo de nuevo, feliz y enamorado, no podía explicar lo que le hacía escuchar a Marcel expresarse así de él, le hablaba con tanto cariño y delicadeza como si él fuera lo más hermoso en el universo. Y diablos si no se sentía así.

¡Omega para tres!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora