Capítulo No. 06

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Decir que Louis pudo dormir bien sería mentir

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Decir que Louis pudo dormir bien sería mentir. Después de que su amable vecino lo dejó en su departamento no pudo pegar ni uno de sus ojos pensando en el lindo acto del alfa y cuando por fin pudo conciliar el sueño, su estúpida alarma sonó.

Se alistó para salir a trabajar sin que su cara de disgusto lo abandonara, cuando no dormía se ponía de muy mal humor, aunque era una persona muy sonriente y feliz no había ser en la tierra que lo aguantara en su estado de 'no dormí, aléjate de mí' ni tampoco el que pudiera cambiarlo.

Hasta su propio gato se alejaba de él cuando estaba en ese estado, jamás le había hecho nada a Mean pero él no parecía confiarse de Louis, a menos que le diera comida, claro está.

Salió de su departamento, ignoró olímpicamente a Beatriz, la beta que vivía en el departamento 4-A, ella siempre se le insinuaba y no entendía por qué si siempre que le invitaba 'a tomar algo' él decía un rotundo no, pero bueno ella tenía esperanzas y la esperanza muere al último, ¿no?

¿Es que acaso no se le notaba que era gay?

Se subió al elevador y mientras descendía rogaba para que en recepción no se encontrara John, quería demasiado al anciano beta como para hacerle la grosería de no darle los buenos días, pero realmente no estaba de humor para ser amable.

Afortunadamente se encontraba Alex en su lugar, con él no le importaría ser un poco grosero, así que al igual que con Beatriz, ignoro su "Buenos días, Louis, te ves hermoso" y salió al frío que le daba Londres. Por suerte traía una bufanda aparte de su enorme abrigo, bueno no era de él sino de Liam, eran más grandes que los suyos y por tanto más cálidos, jamás se lo devolvería, tomó la bufanda y se tapó la boca y nariz.

Empezó a caminar hasta la parada de autobuses congelándose y pensado que debería mudarse a un lugar cálido, no, mejor no, el calor era peor que el frío, y más cuando estaba en celo, el cual, si sus cuentas no fallaban, empezaría a finales de febrero. Estaba tan absorto en sus pensamientos que se sobresaltó cuando un grito lo detuvo.

"¡Louis!, ¿quieres que te lleve a algún lado?"

Estaba a punto de gritarle un par de groserías al imbécil que lo asustó cuando miró a la persona que le bajaría todo su mal humor de golpe.

Marcel le sonreía desde su auto con las gafas un tanto empañadas, estaba estacionado al otro lado de la calle, pegado a la acera, era una invitación que no podía negar, el auto le prometía el calor de la calefacción y compartir tiempo con el alfa de ojos verdes, eso último emociono a su omega.

Teniendo precaución de fijarse a ambos lados, cruzó la calle y subió en el lugar de copiloto del auto de Marcel. Éste lo recibió con una brillante sonrisa. "Te vez adorable con ese enorme abrigo, Lou."

"Gracias" murmuró cohibido por el apodo a través de la tela, sus mejillas tornándose aun mas  rojas.

Sintiéndose valiente e incitado por su alfa, Marcel se inclinó hacia él, lo tomó de las mejillas y le dio un beso en su nariz cubierta por la bufanda. Pero, algo estaba mal, un olor que no tenía lugar en esa ecuación y venía de Louis o más bien del suéter de éste.

¡Omega para tres!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora