Capítulo No. 08

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Louis siguió en el regazo de Marcel el resto del desayuno y el alfa se encargó de alimentar al omega robándole uno que otro beso en los labios

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Louis siguió en el regazo de Marcel el resto del desayuno y el alfa se encargó de alimentar al omega robándole uno que otro beso en los labios. Compartieron también muchas sonrisas embobadas y varios sonrojos por parte del omega.

Louis se sentía flotar, le había contado su pasado a Marcel y se sentía libre, bueno había algo que omitió, pero era mejor así, el alfa no lo había mirado con lástima, sino con orgullo como si él fuera el omega más valiente del mundo, y lo había mantenido todo el tiempo sujeto al él.

Tanto su omega como él se sentían en casa.

Había abierto su corazón y se lo había ofrecido a Marcel con las manos temblorosas, tuvo miedo cuando terminó de relatar su historia, miedo de que Marcel lo rechazara o le diera asco estar con un omega al que sus padres biológicos no lo habían querido y lo habían abandonado en una sucia casa hogar a su suerte.

Marcel había tomado su corazón y lo había guardado en caja de cristal para admirarlo en silencio. Pero faltaba algo.

Ahora le tocaba a él abrir su corazón y Louis sin importar que, lo resguardaría de todo.

"¿En qué piensas, gatito?" Marcel lo distrajo de sus pensamientos al dejarle un beso en el cuello, soltó una risita alejándose de los labios de Marcel, no quería que se enterara que tenía una zona sensible de cosquillas, desafortunadamente Marcel si se había dado cuenta "Oh, ¿pero que tenemos aquí?, un pequeño omega cosquilludo, ¿no es así?"  trató de negar pero Marcel ya había empezado a repartir pequeños besos mariposa en su cuello ocasionando que él riera fuerte al punto de las lágrimas y se retorciera en el regazo de este.

Su risa era un premio.

Respuesta de un par de minutos de la tortura, Marcel dejó en paz el cuello del omega, no sin antes darle un pequeño chupetón en esa zona. Louis lo miró con el ceño fruncido.

"¿Me marcaste?"

"Noup" dijo el alfa remarcando la 'p'.

"No me mientas, puedo sentir el ardor en mi cuello" Louis se cruzó de brazos. Marcel hizo un puchero y ocultó su rostro en el cuello del omega.

"Me gusta como se ve, Lou, no me regañes, ¿sí?" Louis rodó los ojos sonriendo y puso su mano en la nuca de Marcel dándole un pequeño masaje.

"Esta bien, no te regañaré sólo si me prestas tus anteojos" el alfa soltó una risita en el cuello de Louis ocasionándole un par de cosquillas más, levantó la cabeza, se quitó los anteojos y los puso sobre la nariz de Louis, podía verlo casi perfectamente si trataba de enfocar la vista en él.

Louis dio pequeñas palmaditas y empezó a mirar todo a través de los anteojos con su pequeña lengua tocando su labio superior, miraba un poco borroso, pero no mucho. "Pero, Marcel, estos lentes no tienen demasiada graduación, ¿por qué los usas?"

¡Omega para tres!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora