Capítulo No. 07

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Louis nunca aceptará que, el calendario de gatitos que le regaló su mamá la navidad pasada, tenía marcado con un corazoncito morado el día domingo

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Louis nunca aceptará que, el calendario de gatitos que le regaló su mamá la navidad pasada, tenía marcado con un corazoncito morado el día domingo. Ni tampoco aceptará que lo primero que hacía después de llegar del bar, era marcar con plumón rojo una cruz significando el fin de ese día.

Tampoco que, con el trascurso de los días, su omega se removía feliz en su cabeza, moviendo la cola de un lado para otro, soltando ladridos juguetones y poniéndolo a él también de un excelente humor.

Jamás, porque nunca hizo alguna de esas cosas. Obvio no.

Cuando por fin fue sábado, mientras trabajaba y se aseguraba de que Liam no escuchara, les contó a Thomas y Zayn sobre su cita y les pidió ayuda, el moreno primero se hizo el indignado porque, 'le dijiste primero a la rubia que tenías un pretendiente y a mí, tu cuñado, no', pero decidió que podría hacerlo después, necesitaba más detalles sobre el misterioso alfa.

Saliendo del trabajo, los tres se dirigieron al departamento de Louis, ordenaron pizza, vieron un par de películas románticas, y con un poco de alcohol encima que Thomas había infiltrado después revolvieron el closet de Louis. Lo trataron como a una muñeca, lo vestían y desvestían a su gusto, pero Louis nunca se quejó supo que lo único que ellos querían hacer era ayudarlo. Le dieron mucha clase de consejos, desde que hacer, que no hacer, si Marcel se le insinuaba o no.

Pero como Marcel no había especificado a qué hora era su cita ni a donde irían o lo que harían, todos estuvieron planeando y fantaseando todo tipo de supuestas citas, ir al cine, teatro, opera, ir a comer, o un picnic, desayunar, cenar, pasear a Mean, perseguir pájaros, sí, él también miró raro a Thomas cuando lo sugirió, pero él sólo se encogió de hombros.

Acabada la noche, los alfas fueron por sus respectivos omegas y con estos confundidos al ver el desastre del departamento, porque hasta Mean traía un calcetín de Louis en la cola y un bóxer en la cabeza, se fueron dando así el final del sábado.

Cuando se despertó el domingo no pudo estar más nervioso, toda la preparación previa se había ido al caño, y antes de que entrara en pánico por la espera, tocaron su puerta.

Alegre por tener algún tipo de distracción y con su omega aparentemente feliz e inquieto, abrió la puerta, esta vez estaba completamente vestido, pero no lo suficientemente decente para que Marcel estuviera viéndolo con una sonrisa, vistiendo unos pantalones cafés y un suéter de lana gris. Era la primera vez que lo miraba sin traje y realmente se veía muy bien.

Pero.

¿Qué demonios?

"Buenos días, Lou, ¿dormiste bien?" él aún en su confusión, asintió "Que bien, yo dormí excelente también, bueno, ¿preparado para nuestra cita?"

Marcel estaba encantado con la carita de confusión de Louis, parecia un gatito, tenía tantas ganas de llenar de besos su carita, pero se contuvo.

¡Omega para tres!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora