Capítulo 12

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El rubio jugaba con el aparato electrónico indeciso. Hacía dos días que había conseguido aquel aparato llamado teléfono móvil. Llevaba 48 horas decidiéndose cómo llamar a la chica y, sobre todo, cuándo. Thor le había dejado un paquete para que se lo entregara, no entendía muy bien por qué, aunque prefirió aceptar el recado sin preguntar. Guardó el teléfono en su bolsillo antes de ponerse la sudadera para ir a entrenar. La llamaría más tarde. Lo que no pretendió fue perder de muy mala manera su número.

En la otra punta de Washington D.C Rebecca se peleaba por colocar bien la falda de tubo de tela de traje negra que había elegido para su primer día de trabajo. Debía ser la secretaria y mano derecha de la señorita Potts en D.C. Una vez se abrieron las puertas del ascensor hizo parecer que no había tenido que girar la falda por llevarla al revés. Suspiró pesadamente antes de andar a paso rápido por la oficina hasta el despacho de la CEO de Stark Industries. Llamó a la puerta antes de pasar.

—Adelante — la voz de la pelirroja se escuchó amortiguada. Ella pasó con la mejor sonrisa posible. Le parecía raro tener que acostumbrarse a aquello. No había una misión concreta, no había ninguna información que robar. Aquello sería su vida— Buenos días señorita Stone, tome asiento, por favor.

—Buenos días, puede llamarme Rebecca — se acercó hacia ella sentándose al otro lado del escritorio manteniendo esa posición cordial que había usado durante años para infiltrase en distintos sitios.

—Está bien, tú puedes llamarme Pepper, Tony me contó porqué estás aquí — bajó la mirada jugando con sus manos, no sabía cuál había sido la versión oficial de Fury para despedirla por lo que esperó para descubrir cuál sería su última tapadera— me contó que después del ataque a New York tuviste que dejar ese mundo por un tiempo debido al shock — ella asintió intentando hacer una tímida sonrisa mientras su interior se quejaba. Ella no se rendía, solo se alteraba. Aunque era mejor que cualquiera de las posibles opciones que se le ocurrían.

—Sí, fue un golpe muy duro para mí, fue muy bonito por su parte aceptarme — Pepper asintió agradecida por la muestra de agradecimiento.

—Este será tu despacho cuando no esté aquí. Tendrás que estar a cargo de algunas reuniones y los proyectos que se realicen aquí. Por otra parte, debes tener en cuenta mi agenda y la tuya ¿si? — ella asintió un poco cohibida por la situación antes de recibir una pulsera plateada por parte de la chica — esta pulsera abre una caja fuerte que hay en esa pared, Tony me dijo que no la abriera que es individual para ti. Al fin y al cabo paso muy poco tiempo aquí.

—Está bien, muchísimas gracias señorita Potts — estaba agradecida con el trato que estaba recibiendo por la pelirroja

—Llámame Pepper, por favor — ella asintió antes de ver a la CEO levantarse

—Me tengo que ir, el vuelo sale en una hora. Bienvenida a Stark Industries — ella se despidió saliendo por la puerta como alma que llevaba el diablo.

Se acercó con calma a la pared que supuestamente le pertenecía. Al acercarse una pantalla apareció. Debía colocar su mano además de la pulsera. Lo hizo esperando a ver lo que pasaba. Supuso que la caja fuerte estaría vacía, aunque no lo sabía realmente.

—Buenas tardes, señorita Stone, esta interfaz está preparada para ser usada como quiera — una voz resonó mientras la pared se abría dando paso a una sala pequeña de paredes plateadas muy iluminada. Stark había dado una interfaz a la chica, literalmente. Supuso que era porque no estaba de acuerdo con su despido. Aunque tampoco podía saberlo al cien por cien.

—¿Puedo llamarte de alguna forma? — preguntó ella curiosa pensando por dónde empezar. Nunca había tenido una interfaz y no sabía que era lo adecuado; no realmente.

La Reina de los Espectros |Steve Rogers|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora