treinta y siete.

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para felix, jeongin era un mal augurio. él jamás fue una persona supersticiosa. le encantaban los gatos negros, y romper un espejo por accidente no lo asustaba. pero lo sentía en su ser; la llegada de jeongin a sus vidas no era nada bueno.

llevaban sólo dos semanas conociéndolo, pese a eso, salían todos los días. y él estuvo ahí en cada salida. todos lo amaban, hyunjin sobre todos. sabía que no eran celos, no podían ser celos. es sólo que algo estaba mal, y changbin parecía no hacerle caso. sólo se lo mencionó dos veces, antes de darse cuenta que su novio creía que eran celos. así que se lo callaba. pero lo sabía.

entonces lo confirmó.

faltaban sólo siete días para su aniversario con changbin, y estaba nervioso respecto a qué planear para ese día, porque quería que fuera especial. ese día, como las semanas anteriores, habían acordado salir a algún lugar en la noche. en tres horas, para ser exactos. por lo tanto, changbin seguía en pijama, justo como él, ambos acostados perezosamente en la cama, abrazados y viendo anime.

unos golpes en la puerta los hicieron saltar en su lugar y casi tirar la laptop. eran fuertes, rápidos e insistentes. sobre todo, desesperados. casi como si quisieran tirar la puerta abajo. la pareja intercambió una mirada consternada y con precaución, felix se aproximó a la entrada.

"¿quién es?" su voz sonó profunda y amenazadora, incluso cuando se estaba cagando del miedo. estaba listo para proteger a binnie si era necesario. nadie contestó, y cuando abrió la puerta, se quedó congelado.

la figura empujó a felix hacia un lado y se abalanzó hacia changbin. el australiano no pudo hacer mucho para protegerlo. no tenía que hacerlo, de todos modos.

de pie, al lado del marco de la puerta, observó a jisung caer en el regazo de changbin, que lo miraba boquiabierto. el castaño sollozaba, su llanto erizando la piel de sus dos amigos. era un sonido cargado de dolor, de tristeza. su espalda se movía con brusquedad al compás de sus gemidos, aferrándose a su mejor amigo como si fuera el ancla que ayudaba a su barco a estabilizarse a través de una feroz tormenta.

"terminamos." balbuceó con la voz rota, y no necesitaron intercambiar más palabras para entender. changbin le pidió con la mirada a felix que los dejara solos, y eso hizo. tomando únicamente su celular, salió de ahí en silencio. no fue hasta que estuvo fuera de su edificio que notó que seguía en pijama, pero no le importó. marcó el número de minho, buscando explicaciones y quizá tratando de consolarlo. después de todo, su conocimiento de coreano y de la cultura en general era gracias a su amigo.

no contestó.

una parte de felix quiso culpar a jeongin sin motivo alguno. realmente, era imposible que fuera culpable. minho no-

ahí se dio cuenta. minho de verdad no conocía a jeongin, porque no había visto a minho en más de dos semanas. desde ese día que conocieron a jeongin, con la entrevista de trabajo de minho, él había faltado. siempre estaba ocupado. jisung se veía cada vez más decaído.

cayó en cuenta de lo egoísta que una persona podía ser sin notarlo. no importa qué tan cercano fueras a alguien, en algún punto, te centrarías más en tus propios problemas que en los del otro. simple instinto humano. incluso así, se sentía culpable y miserable.

tenía la sensación de estarlo haciendo todo mal, de que su vida se estaba cuarteado poco a poco. unas grietas, profundas y peligrosas, amenazando los cimientos de todo lo que amaba. o de lo que ya no.

jeongin... jeongin... ¿qué estaba mal con ese niño...?

más importante aún, ¿qué estaba mal con él mismo?

Next door. [Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora