cuarenta y cinco.

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felix estaba mirando fijamente por la ventana. era muy temprano, alrededor de las siete de la mañana, y tenía un frío que calaba sus huesos. podía escuchar a hyunjin removerse entre las sábanas de su cama. al menos uno de ellos podía dormir. el australiano no había podido conciliar el sueño en ningún momento, su propia cabeza diciéndole las peores cosas posibles. diciéndole que no servía para nada, que había arruinado todo y que jamás sería feliz de nuevo. felix se estaba cansando de que su propia mente jugara en su contra.

casos desesperados requerían medidas desesperadas, y hyunjin tenía razón. changbin no iba a volver, así que quería hacer una cosa bien antes de salir de su vida para siempre. recordarle a los padres de seo que aún tenían a un hijo que cuidar y amar, y hacerles saber que binnie no se encontraba bien y necesitaba de su ayuda. si ya no iba a estar a su lado para apoyarlo, debía asegurarse de que no lo dejaría solo.

en cuanto dieron las ocho en punto, marcó el número que hyunjin le había dado la noche anterior. no quería saber cómo lo consiguió ni para qué lo tenía, pero le venía bien ahora. después de cinco tonos, había soltado el aire que había estado conteniendo por los nervios, pensando que nadie le contestaría, pero de repente una voz femenina habló con lo que sonaba como prisa.

"¿bueno? ¿quién habla?" felix sentía un enorme nudo en su garganta y sus ojos picaron. no estaba listo, pero si colgaba, quizá ya no tendría otra oportunidad. "¿me oye?"

"buenos días, lamento molestar tan temprano." susurró el chico con la voz ronca por la hora, el frío y el llanto. probablemente sonaba más mayor de lo que era. "¿hablo con la señora seo?"

"¿quién es?" le cuestionó desconfiada mientras felix abría la ventana, permitiendo que una ráfaga de viento helado interrumpiera en el cuarto. instantáneamente tembló y vio por el rabillo de su ojo a hyunjin envolverse aún más en las sábanas.

"me llamo lee felix, era amigo de su hijo." no quiso especificar que había sido novio de changbin. sentía que de esa manera no iba a ser escuchado.

"oh." la voz de la mujer inmediatamente se suavizó, felix se preguntó si era parecida a changbin. "¿qué necesitas? hace años que nos deshicimos de sus cosas, pero si buscas alguna foto, quizá podamos buscar en los álbumes."

el corazón de felix se aceleró tanto que necesito sentarse en el piso debido al mareo en cuanto se dio cuenta de que la señora seo pensaba que hablaban de woojin.

"en realidad, sólo me gustaría hablar con ustedes."

"¿nosotros?"

"sí, usted y su esposo."

"¿y eso por qué? ¿de dónde lo conocías?" la desconfianza empezó a teñir su voz una vez más y cerró los ojos con fuerza, maldiciendo mentalmente. rodeó sus rodillas con un brazo, temblando por el frío que ayudaba a controlar sus nervios.

"del colegio." mintió descaradamente. necesitaba poder hablar con ellos, y si esta era la única forma, así sería. "y es porque necesito alguna especie de cierre que me ayude a seguir adelante."

"ya veo..." la señora seo no sonaba convencida y felix suspiró, sabiendo que había echado a perder su oportunidad de hacer las cosas bien. era tonto por creer que sería así de fácil. que dos personas adultas hablarían con un perfecto extraño y aceptarían encontrarse. la vida no era como las películas.

"si usted no quiere, yo entiendo. no me conoce de nada, pero le ruego un único favor." balbuceó felix, su voz quebrándose con decepción y tristeza contenida. hubo silencio como respuesta y temía que en cualquier momento le colgaran. "changbin ha sido la persona más importante en toda mi vida, y creo que nunca podré olvidar a alguien como él. ustedes tampoco lo hagan."

Next door. [Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora