cuarentaysiete.

2.4K 359 565
                                    

jeongin sintió que moría esa noche. no pudo levantarse, así que se quedó tendido en el suelo. sentía que con cada movimiento, los vidrios en el suelo se encajaban en su costado izquierdo, así que trataba de no moverse demasiado. hyunjin lo había dejado. finalmente, estaba pasando. lo que temía desde el primer día en que el mayor abrió la ventana de su cuarto y le ofreció entrar, no sólo a su casa pero a su vida. 

cada día se iba a dormir con temor de que fuera su último día juntos, despertaba con miedo de que hyunjin le dijera que debía irse. pero esta vez, él no estaba preparado, y no contaba con que fuera hyunjin el que se fuera. porque ya había olvidado esa sensación de terror. se había acostumbrado a la presencia del pelinegro cuidándolo en todo momento. lo había dado por sentado, creyendo que era imposible para ellos el separarse.

y sinceramente no entendía lo que había hecho mal.

lo había querido, muchísimo. le había entregado su corazón, enamorándose de su sonrisa y sus caricias. le había dado su cuerpo, permitiendo que hiciera con él lo que nadie más. le había regalado su alma, contándole sus mayores temores y traumas, y dejando que el mayor se encargara de cuidar las tres cosas. pero ahora que se las había regresado, no sabía qué hacer con ellas.

y extrañaba a woojin.

hyunjin había ayudado a que sintiera de nuevo esa sensación de protección que había perdido cuando changbin mató a su mayor héroe. sentía como si hubiera perdido a woojin nuevamente. porque aunque hubiera sido hace años, recordaba su voz tan melódica, cantándole para que durmiera un rato en sus piernas. dándole comida caliente, bebidas frías, un hombro donde llorar, un abrazo en el que protegerse. nadie antes lo había tratado así, nadie le había dado lo que woojin.

incluso si quería a hyunjin, el chico nunca pudo complacerlo como debía. quizá porque era más chico que woojin, o porque hyunjin quería ser cuidado tanto como él mismo. y jeongin no era bueno cuidando a otros, así que él tampoco podía satisfacer a hyunjin. jeongin supo eso todo el tiempo, pero estaba muy asustado de quedarse solo. él necesitaba a alguien que pudiera amarlo verdaderamente, cuidando sus partes rotas.

hyunjin no lo iba a admitir, pero no lo amaba. no en realidad. había cariño, claro que sí, junto a una mezcla de empatía y lástima. eso no era amor, no era lo que woojin le daba. woojin no lo veía como menos, como alguien que necesitara ser reparado, sólo cuidado. una parte suya se alegraba de hyunjin, porque por fin podría encontrar alguien que lo mereciera, a alguien que lo cuidara y lo guiara; porque hyunjin estaba confundido constantemente. el pensamiento hizo que jeongin riera un poco, su cuerpo temblando por el frío y la sed. 

sabía que debía levantarse y limpiar, cuidar sus cortadas literales y psicológicas. cuidar lo que hyunjin le había regalado. debía estudiar, debía trabajar, debía crecer y ser un adulto. pero no podía, estaba demasiado asustado y necesitaba ayuda. así que permaneció en el suelo, lágrimas dejando sus ojos para escurrir por toda su cara hasta caer en el piso o mojar su pelo. jeongin se veía patético sin casa y con casa, es lo único que podía pensar.

cuando la puerta de la entrada se abrió, su corazón se agitó con velocidad. 

woojin.

estaba ahí, de pie.

su pecho subía con respiraciones agitadas, como si hubiera corrido.

jeongin no sabía qué hora era.

pero woojin había ido por él.

jeongin empezó a sollozar, lo había extrañado tanto que sintió que su corazón quemaba.

intentó hablar, su garganta muy lastimada para sacar palabras.

así que estiró sus manos hacia él.

Next door. [Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora