cuarenta y cuatro.

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felix se mantuvo inmóvil en su cama, dejando que su celular cayera de sus manos al piso sin molestarse en recogerlo. su mirada estaba pegada a la pared, parpadeando exclusivamente cuando sus ojos ardían y lágrimas acudían. de repente tenía la extraña sensación de estar en un videojuego y no en la vida real. el fantasma de los labios de changbin aún rozaban los suyos, pero no se sentía real.

miró sus manos extrañado, incluso algo preocupado. tenía la sensación de poder lanzarse por el balcón y volar. de que nada podía dañarlo. de tomar un arma, disparar dentro de su boca y ver flores salir volando de su cabeza. una risa histérica y corta dejó sus labios antes de acostarse y empezar a jalar su propio cabello. se estaba volviendo loco.

cuando escuchó unos toques lentos en su puerta, tomó una bocanada de aire y sintió la necesidad de abrazar sus propias piernas y doblarse de dolor, como si alguien lo hubiera golpeado en el estómago. se sintió ridículo, no tenía derecho a sentirse mal. se levantó tembloroso y caminó hasta la entrada. cuando abrió la puerta, su mirada chocó con la de hyunjin. sintió sus propios ojos llenarse de lágrimas antes de aventarse a sus brazos.

hyunjin envolvió con fuerza el delgado cuerpo de felix, mientras éste escondía su rostro en el hueco del cuello del más alto. casi sin darse cuenta, sintió a hyunjin tomar sus piernas, y él las envolvió en la cadera de hyunjin. cargó a felix, cerrando la puerta de una patada, y lo dejó con delicadeza en la cama.

o eso es lo que intentó, porque felix no lo dejó ir, aferrándose más a su cuerpo. hyunjin se dejó caer en la cama también, encima de felix, pero asegurándose de no estarlo aplastando. su corazón latía con tanta fuerza que sabía con certeza que felix lo sentía.

"hyu... hyu, no me perdonó... ya no quiere estar conmigo..."

el mencionado cerró sus ojos con una mueca de dolor. le dolía. mucho. saber que eso era lo que había querido ocasionar. que no le había importado destrozar el corazón de dos personas para hacer feliz a su novio.

y ahora estaba ahí, abrazando un montón de cristales rotos y cortándose. lidiando con las consecuencias de tirar una frágil pieza de vidrio al suelo.

abrazó con más fuerza al australiano con un nudo en la garganta, incapaz de confesar sus pecados y escuchando al otro murmurar los suyos sin parar. quizá con la esperanza de ser redimido. se recargó en sus manos, tomando distancia para poder ver bien el rostro lleno de pecas. con su pulgar limpió un rastro de lágrimas de su mejilla, ocasionando que el otro llorara más.

no quería sonar enfermo, pero felix se veía hermoso llorando. sus mejillas se sonrojaron de vergüenza y alejó ese pensamiento.

"lix..." susurró, interrumpiendo el balbuceo de felix.

éste le miró con los ojos muy abiertos, brillantes y aún derramando lágrimas. sus ojos ya se encontraban rojos, al igual que su nariz. su pelo era negro, y estaba despeinado en todas direcciones. vestía un suéter café enorme, que dejaba a la vista sus clavículas.

hyunjin olvidó qué iba a decir.

cedió ante el peso de su cuerpo, tomando la barbilla de felix con una mano. juntó sus labios con los de felix lentamente, y escuchó a felix suspirar mientras lo acercaba más, sus pequeños dedos tomando hebras de cabello, jalándolos con suavidad.

"¿qué estamos haciendo, hyunjin?" preguntó felix con los ojos cerrados mientras hyunjin recorría su mandíbula y cuello dejando cortos besos.

"equivocándonos de nuevo." contestó el contrario con una risa llena de amargura.

"me he cansado de equivocarme." dijo felix con la voz rota, y hyunjin asintió. fue ahora él el que escondió su rostro. sentía las manos de felix acariciar su espalda rítmicamente y estuvo a punto de quedarse dormido. no había descansado nada en semanas. no podía por la culpa, por la tristeza, por el arrepentimiento.

Next door. [Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora