Luna

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Pese a que Ángel la estaba cubriendo, Luna se dio cuenta en ese instante que no tenía miedo de morir.

Los zumbidos que había a su alrededor, de repente le resultaban tranquilizantes, como si entendiera el idioma que estaban hablando.

No iban a matarla, sino que iban por ella.

Por un segundo, pensó en que estaría bien dejarse llevar. Que le salieran unas pequeñas alas y comenzar a volar. No sentía realmente ningún apego a su condición humana y quizá no fuera del todo desagradable ser una mosca. Excepto que las moscas vivían unos veinticinco días promedio y quizá sí tenía un cierto apego a la vida.

Cuando Ángel la soltó para protegerse, decidió incorporarse, buscando entre todas sus pequeñas hermanas, a la mosca reina. La que la había convertido.

Las pequeñas moscas continuaban rodeando a Melissa, Joshua y Ángel, pero divisó una en el centro de la escena. Una mosca unos centímetros más grandes que el resto que divisaba la situación como si estuviera analizando el juego. Le hizo recordar a Valeria.

<<Esa debe ser la reina>>, concluyó. <<La encontré>>.

Caminó hacia ella.

Extendió su mano derecha, esperando que la mosca reina se posara, como un signo de unión entre ambas.

En efecto, tras un segundo, el insecto se posó en su mano.

Luna, con un movimiento veloz, la aplastó.

<<Maldita sea>>.

La mosca escapó con agilidad.

Era imposible matarla con la mano, pero fue lo único que se le había ocurrido.

De repente, la madre mosca ya no tenía un buen instinto maternal, porque todas las pequeñas hijas se volvieron contra Luna.

<<De acuerdo, ahora sí moriré. Hubiera aceptado los 25 días que me quedaban>>.

Justo en el momento en que se cubrió los oídos, escuchó un ruido de alguien abriéndose paso entre los árboles.

Abrió los ojos y divisó a Julio, quien inmutable tomó unas latas de aerosol azul y comenzó a tirarlas contra los insectos.

Luna se sintió mareada automáticamente.

<<Es insecticida>>, pensó, un poco feliz y un poco descompuesta.

Las moscas comenzaron a caer.

Joshua fue el primero en incorporarse. Se unió a Julio, tomando a su vez otros dos aerosoles que extrajo de un pequeño bolso.

La vista de Luna se nubló.

Vio a Ángel y a Melissa también incorporándose y ayudando a Joshua.

Antes de desmayarse, pensó en la sonrisa de plata que tenía el muchacho que le gustaba. 

Nube de Insectos (Compendio #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora