CAPÍTULO 14: 26 de Febrero de 2005

75 6 3
                                    

Los días que habían mencionado los oficiales pasaron, estuve encerrado todo el tiempo sin hacer nada. La comida era horrible y la falta de proteína me estaba matando, era una tortura verdadera en ese entonces para mí ver una fotografía de una pizza o una hamburguesa, el estómago me gruñía y estaba muy débil para enfrentarme al juicio que me esperaba.

Mientras desayunaba el pedazo de pan con mermelada y agua yo estaba hundido en mis pensamientos, se abrió la puerta y en efecto eran los guardias.

-Número 409, tienes llamada no te muevas.- dijeron mientras entraban y me colocaban las esposas de nuevo.

Quizá me llamaban número 409 por mi número de preso y en efecto el uniforme que tenía puesto tenía esa cifra en el lado superior derecho, de nuevo cruzamos el laberinto de pasillos semi oscuro y llegamos a un corredor exclusivo para llamadas telefónicas.

Teléfonos por aquí y por allá, había uno descolgado donde se encontraba el oficial Diggs sosteniéndolo, me acerqué con los demás oficiales.

-Es para ti Kodi.- me llamó extrañamente por mi nombre y tomé el teléfono que por cierto estaba algo deteriorado.


Era mi padre apenas escuché su voz comencé a llorar los policías se alejaban un poco pero no del todo.

-¡PAPÁ SÁCAME DE AQUI LOS EXTRAÑO A TODOS!- casi

gritando de tristeza.

-Hola hijo ya tengo una asesoría con un amigo abogado, acudiremos esta tarde para tu juicio. No te preocupes por lo que pasó ni por lo que tengas que contarme, lo sé todo y antes alguien me lo había dicho pero no le tomé importancia y ahora tú pagas el precio.

-No me importa papá, solo quiero verte y salir de aquí- en ese momento el oficial Diggs se acercó indicando la hora -era el límite de tiempo-, me despedí de papá y me llevaron a los baños para que me preparara para aquel juicio en la corte.

Las tres de la tarde marcaban las campanadas que se escuchaban a lo lejos de aquel reloj. Los oficiales me colocaron las esposas de nuevo, recorrimos el área de máxima seguridad y salimos de la prisión.

Inmediatamente una patrulla llegó, subí a la parte trasera y nos abrimos camino hacia la corte en el centro de la ciudad, en diez minutos nos encontrábamos ahí. Muchos reporteros de diferentes periódicos estaban en la recepción de la corte, apenas entré y comenzaron a dispararse los flashes de las cámaras e incluso algunos transmitían en vivo para algún noticiario. Los policías me llevaron hasta el área de registro, los guardias

LA FUERZA INTERIOR DE KODIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora