kids will be skeletons

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—Créeme, hay algo sospechoso en ese muchacho; ya investigué y no he encontrado nada acerca de ataques de cuervos donde solo piquen en la nariz, no hay lógica en eso— La noche estaba transcurriendo tranquilamente, alguno percances típicos de una ciudad enorme, pero nada más allá de lo normal y como era de costumbre, desde hacía algunos años, el joven Hamada se encontraba patrullando dicha ciudad; cuidando que nada rompiera la quietud y tranquilidad de la media noche. Para no aburrirse, el joven asiático mantenía una plática con uno de sus compañeros que le acompañaban en sus noche de vigilia; —quizás y solo es tú imaginación, pudo haberse metido en problemas, o alguien intento asaltarlo y lo golpearon— Por otra parte, una muchacha le contestaba desde su cuartel de vigilancia, mirando las diferentes pantallas de sus drones, así como la misma cámara que Hiro tenía en su casco. Aquella mujer tenía un cabello obscuro con unos mechones en un tono azul marino, un maquillaje que hacía un juego perfecto con su ropa negra, parecía más una estrella de rock que científica; sin embargo una reluciente bata blanca cubría sus prendas, masticaba un chicle que ya sin sabor aún mantenía su elasticidad. Lucía un poco aburrida al mirar las calles tranquilas de la ciudad, como si estuviera bastante acostumbrada a esa rutina y es que al igual que ella, los demás miembros del grupo ya no peleaban ni patrullaban junto con Hiro, habían decidido mantener su trabajo dentro de su cuartel como apoyo para el joven asiático, así le proveerían de equipo, investigación y misiones, así como el amado Baymax servía de soporte en misiones peligrosas. Uno de los ejemplos eran los drones que controlaban desde su cuartel, aquellos robots no eran otra cosa que los trajes de cada uno manejados a control remoto, con el fin de no acabar con el grupo que habían formado años atrás.

—..de haber sabido que estaban peleando atrás yo pude haber intervenido y lo sabes... pero no, hay otra cosa con el, y necesito saber más..—; las pláticas entre sus compañeros mientras patrullaba eran de lo más amenas y contribuían a que el joven asiático no se aburriera.
—eso explica porque aceptaste salir en una cita con el— comentó su amiga esbozando una sutil sonrisa sarcástica mientras jugaba con su chicle, sabía que aquel comentario haría enojar a Hiro, por lo que no se limitó a bromear.
—¡Que no es una cita!, el me invitó para saldar una deuda y ya, ni siquiera lo conozco bien— El rostro de Hiro estaba completamente rojo del enojo y la vergüenza, sabía que era una terrible idea comentar tales temas a sus amigos, pero a final de cuentas no tenía a nadie más con quien hablar de aquello, claro que jamás les contaría la parte de sus sueño donde lo ve por primera vez.
—Ya, no es para que grites, puedo investigarte más sobre el, sirve que así sabes donde vive tu novio— Aunque ella fuera un tanto seria no desperdiciaba la más mínima oportunidad de molestar a su amigo, parte de su trabajo era hacer exasperar a Hiro y se enorgullecía de eso.
—F*ck you Gogo, olvídalo yo lo haré, de todos modos na....— Su conversación de vió interrumpida por unos extraños ruidos que venían del otro lado de un edificio, Hiro voló hasta poder estar cerca sin ser detectado por lo que fuese que terminó con la calma de la ciudad. —¿escuchaste eso?— Peguntó a su amiga que le seguía por medio de su dron, el cual comenzó a acercar en dirección al ruido con el propósito de tener una visión de aquello antes que Hiro entrara en acción.
—Hiro, en esa calle solo hay un viejo bazar, igual y no ha de ser nada import...— El sonido de los vidrios al romperse causaron que tanto Hiro como su amiga se pusieran en alerta; una enorme criatura de capa negra saltó frente al joven asiático y subió por las paredes de los edificios con una agilidad sorprendente. Hiro fue tras aquel ser, no podía permitir que se le escapara, sea lo que sea esa cosa parecía haber robado algo y era su deber detenerlo. Podía notar como de momentos se escondía entre las sombras, como si la capa que tenía encima le brindara esa terrible habilidad.
Hiro maldecía en sus adentros, era como el cuarto edificio que trepaba aquella cosa y aún con la ayuda de los drones que su amiga manejaba, no podían alcanzarlo. —Gogo, en el siguiente edificio que salte intenta interceptarlo en el techo, ahí lo atraparemos—.
—estoy en eso— Sin dudarlo, Gogo llevó su dron directamente al techo hacia donde corría aquella criatura, mantenía sus armas listas para detener de una vez a aquella criatura escurridiza. Sin embargo, al subir Hiro por el edificio, aquella criatura se desvaneció entre las sombras que generaban algunas cajas y demás chatarra. —¿viste a donde se fue?, lo tenía en frente... fuuuuu*k...— Daba vueltas por el techo intentando encontrar alguna pista sobre el paradero de aquella criatura, incluso volteaba hacia los demás edificios con la esperanza de poder encontrarle, pero todos los intentos fueron en vano.
—mi escáner muestra algo a dos cuadras de aquí, quizás sea eso— Gogo contestó mientras veía todas las pantallas con las esperanza de encontrarle. Al terminar el mensaje de su amiga, Hiro fue directo a la calle donde el escáner había indicado movimiento. Al llegar pudo notar a la misma bestia que estaba la otra noche haciendo desastres, pero ahora parecía perdida, más asustada que molesta. — es la bestia con la que pelee el otro día, pero creí que se había desvanecido—; en el momento que Hiro se acercaba a la bestia, ésta se dió cuenta de su presencia y se giró para enfrentar al asiático. —oye, creí que habías muerto— comentó Hiro a la criatura, la cual bajaba la mirada masticando la puerta de un auto, por un momento Hiro sintió un escalofrío recorrer su espalda, ver a aquel "animal" comerse una puerta con tal naturalidad le hacía pensar en que tan fuertes estarían sus dientes. En el momento que Hiro comenzó a acercarse, la bestia reaccionó de manera hostil y le lanzó lo que quedaba de aquella puerta para luego salir corriendo, sin embargo, antes que Hiro iniciara de nuevo la persecución, pudo notar que la misma bestia se desvanecía. —no de nuevo, como le explicaremos a la policía esto... ¡¡me desespera no poder atraparlo!!—; retiró su casco para lanzarlo hacia una pared que se encontraba lo bastante cerca de él, se sentía tan molesto de no encontrar la causa de tan inusuales sucesos; terminó por sentarse a la orilla de la banqueta cruzando sus piernas si importarle la suciedad que había en el lugar. Un suspiro pesado se escapó de sus labios denotando lo rendido que se encontraba por esa noche; el dron de su compañera de acercó a él entregándole su casco. —tranquilo, porque no vuelves al cuartel y analizamos las grabaciones—, la voz de su amiga se escuchaba desde su casco y desde aquel robot, ella sabía lo fácil que se exasperaba el más joven del equipo, sin embargo con una ligera ayuda se podía hacer cualquier cosa, y en este caso, calmar a la bestia que tenía por amigo.
—no, mañana lo vemos, por ahora me quiero ir a dormir, mañana tengo mucho trabajo— Hiro tomó su casco, se lo colocó de nuevo y se puso de pie; le dio unas leves palmadas en la espalda del robot que su amiga controlaba. —mañana en la noche les aviso a los demás, resolveremos esto, solo busquemos otro ángulo— Aquella última frase que el asiático había dicho le llenaba de tranquilidad y sabía que sus amigos también, recordar a su hermano diciendo eso le calmaba en esos momentos que tanto le frustraban. Le dió la espalda al robot y caminó unos pasos lejos de ella y de un salto tomó impulso para así volar entre los edificios.

Boleros de Soledad (Higuel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora