Luego del caos siempre viene la paz, y para nuestros protagonistas no era la excepción; bueno, más o menos... Entre el trabajo, los exámenes y sus demás deberes, poco tiempo tenían Hiro y Miguel para poder convivir. Su rutina constaba de levantarse temprano, preparar su desayuno, juntar sus pertenencias útiles para sus labores escolares y demás para salir volando figurativamente de su casa. Podían utilizar ese tiempo para convivir un poco, pero tristemente cada uno se levanta a diversas horas. Hiro llegaba a su trabajo como maestro de ciencias en la universidad, donde era muy popular entre las damas, y algunos hombres, no era para menos, el joven asiático era el más joven de los demás profesores, entendía sobre la jerga y sabía cómo hacer que sus alumnos se interesaran por una de las materias más difíciles de la carrera; así que era normal tener admiradores, admiradores que jamás tendrían la mínima oportunidad con él, ya que Hiro mantenía esa barrera profesional firme.
La semana de exámenes para Miguel fue de lo más estresante, entre entregar ensayos teóricos y prácticos, presentar sus exámenes y asistir a las prácticas semanales para el evento del verano; poco tiempo tenía para pensar incluso en sí mismo, de vez en cuando se encontraba tan cansado mentalmente que Marco acudía a auxiliarlo en las prácticas, siempre y cuando no insultara a nadie y solo si Wirt y Kubo lo vigilaban. Había que ser precavidos con Marco, a pesar de estar en completa paz y en armonía, al latino le gustaba salir a hacer maldades, e incluso robar algunas almas, situación que de permitirle les causaría problemas con cierto asiático que los llevaría de nuevo a su custodia, o tortura; que si Miguel lo pensaba bien, sonaba tentador, tener a Hiro cerca para intentar conquistarlo y hacer una que otra cosa en solitario, PERO NO, Hiro como héroe era odioso y un poco cruel si se le hacía enojar, así que era mejor comportarse.
Al finalizar la semana de exámenes Miguel tenía el plan de ir hasta el salón de Hiro y sorprenderle para luego invitarle a salir a cenar juntos; sabía que Hiro le había pedido tiempo antes de comenzar a ser algo más que amigos, pero nadie le negaría que una cita como personas "normales" lejos de sus locas vidas, le vendría bien a su "relación". Así que una noche antes le había suplicado a Marco pasar todo el día en la escuela supliéndolo en sus actividades para que en la noche Miguel pudiera llevar a Hiro a cenar. Obviamente Marco se lo tomó de mala gana, odiaba lo ridículo que era Miguel y aún más odiaba a Hiro; pero al final terminó cediendo con un trato (para él, si pides algo debes dar algo a cambio), salir en la noche sin cometer ningún delito, solo salir.
Marco pasó todo el día lidiando con las clases y algunos alumnos que para él eran una "bola de pendejos lame huevos", así sin censura alguna. Wirt y Kubo se llevaban increíblemente bien con Marco, aunque le tenían un poco de miedo, más Wirt que Kubo, este último parecía una fan viendo a su idol por primera vez, no le quitaba la mirada de encima, se reía de sus chistes de humor negro sin importar que tan groseros fuesen, para Kubo todo era la gloría y eso a Marco parecía darle igual, le agradaba Kubo, al grado de evitar burlarse de que solo tiene un ojo, y eso mis amigos, es demasiado cariño de su parte; incluso se dejaba abrazar por él. Wirt por su parte veía el comportamiento de Kubo con gran desaprobación, toda la semana estuvo lidiando con ese par de desmadrosos, temiendo claro que Kubo se ilusionara tanto por alguien que no le corresponde.
El extraño trío se encontraba por terminar el ensayo de la semana, interpretaban una sinfonía de Vivaldi que será presentada en el evento de apertura; para esta presentación a Miguel/Marco se les había asignado en el sitio de violines principales, a falta de guitarra él podía utilizar otro instrumento musical sin problema alguno. El maestro dio la orden para finalizar el ensayo y todos los alumnos comenzaron a guardar sus pertenencias para así salir del salón, Marco fue directo con el profesor para entregarle el violín.
—Muchas gracias profesor, ahora me retiro—. Marco hablaba como un robot cuando intentaba hablar como Miguel sin burlarse.
Esto al maestro le había llamado la atención desde días atrás.
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Boleros de Soledad (Higuel)
Fantastik"Si creías que tu vida estaba completa, siempre habrá algo o alguien que llegue a ti para darle más sabor." Una historia de amor y conflictos emocionales, lleno de acción y cosas guapas... y muchas pero muchas dudas(?)