Boleros de Soledad (Higuel)

Soledad

— Baymax, escanea para encontrar heridas..—
Hiro se acercó a la camilla en la sala de enfermería en el cuartel, con dificultad subió y se quedó sentado a la orilla, frente a él un enorme malvavisco le miraba con su cabeza ligeramente inclinada; no pasaron ni un segundo cuando el robot ya había ejercido la indicación del joven asiático, alzó su mano derecha y apuntó en dirección a donde presentaba una herida significativa.

— Escaner completo, Hiro, tienes una costilla rota la cual debe ser atendida cuanto antes o puede perforar tu pulmón, también tienes heridas menores que si no son atendidas cuanto antes pueden presentarse como moretones...—.

— Gracias Baymax, autoriza la orden para arreglar la costilla y que hablen con tía Cass, también a la universidad... no llegaré en unos días, que le digan a mi tía que me fui a una misión, no quiero preocuparle— . Hiro comenzó a retirarse su traje hasta quedar solo con el pantalón puesto, dejando ver su delgado pero bien formado cuerpo, estaba completamente lleno de moretones y raspones, así como viejas marcas de peleas anteriores; se puso de pie y volteó a ver su reflejo en un espejo de cuerpo completo que se encontraba al lado de una báscula, dió un suspiro pesado, ver su cuerpo tan herido por culpa de aquel extraño villano le causaba más que molestia, unas enormes ganas por encontrarle de nuevo y acabarle.

No notó en el momento en que el gran robot se había salido de la habitación para ir en busca del doctor encargado, los cuales entraron en poco tiempo, Hiro volteó a verles con una sutil sonrisa de medio lado; el doctor (o más bien doctora) encargado esa noche no era nadie más que su querida amiga Honey Lemon; lucia una impecable bata blanca, unos hermosos lentes morados y su cabello sujeto por una liga en color naranja. A pesar que le sonreía de manera amplia podía notarse la preocupación hacia su amigo, aún le veía como aquel pequeño de 15 años al que no le preocupaba absolutamente nada; ella no podía evitar que con el tiempo había generado un cariño maternal hacia el joven asiático, y ahora que ella ya era toda una señora y madre, le era más difícil no preocuparle el estado de salud del joven; él era el único que seguía cuidando a la ciudad, el resto de los Big Hero ya solo trabajaban en el cuartel en investigación y como apoyo interno para Hiro.

— De haber sabido que tú eras el doctor en turno mejor le hubiera pedido a Baymax que me operara—. Hiro comentó con cierto aire sarcástico mientras volvía a acomodarse en la camilla que estaba en medio de la enorme habitación.

— Aunque tengo información necesaria para operar a un paciente, necesito de la supervisión de un doctor especializado—. Aquel robot nunca entendía cuando el sarcasmo de Hiro salía a flote, y el asiático comenzaba a aceptar la idea de agregarle un chip de sarcasmo e ironía al tan inocente robot.

— Si lo dices porque quieres evitar que te regañe, entonces no debiste darle la orden a Baymax de alertar a todos de tu llegada. Hiro, ¿es enserio? Una costilla rota, te golpeó en la cabeza, casi te mata.... Destruyó el robot de Gogo, agradece que tu traje solo permitió que te rompiera una costilla, pero si sigues así.... es que.... si Tadashi estuviera aquí...— La preocupación de Honey era muy obvia; se acercó a Hiro para así poder revisar la herida mayor.

—¿Cómo supiste to...?..... Deja de mencionarlo cada vez que llego todo herido, no me pasará na...—. Quedó completamente congelado al ver la mirada de su amiga, era una mirada molesta y triste.

— No me volví doctora por nada, le prometí que te cuidaría... yo no lo he olvidado, ¿tú porque si lo haces?—.

— No lo olvido, solo que el ya está en el pasado.... —. Bajó su mirada, no pudo evitar sentir que sus lagrimas caían a sus piernas, el sentimiento de soledad que tanto le traía el recordar a su hermano siempre terminaba por romper algo dentro de él. Y solo con su amiga tenía esa pequeña libertad de demostrarlo, el dolor era mutuo, como no demostrarlo.